POLITICA
habla el camarista apuntado por el macrismo

Para el juez Freiler, el gobierno kirchnerista no fue el más corrupto

Lo denunciaron por enriquecimiento ilícito. Dice que sus bienes “no son muchos”. Y duda que se estén “descubriendo” muchos casos de corrupción.

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Juez. “Como no pueden discutir mis fallos, me buscan enriquecimiento ilícito”, se defiende. | Nestor Grassi

Su patrimonio, superior a los cinco millones de pesos, está en la mira de la Justicia. Su accionar, bajo la lupa del Consejo de la Magistratura. El camarista federal Eduardo Freiler, de la Sala II de la Cámara Federal, no está atravesando un buen momento. En una entrevista con PERFIL se defiende. “Como no pueden discutir mis fallos, me buscan enriquecimiento ilícito”, precisa. Dice que puede explicar cada uno de los autos antiguos que posee, los caballos, el yate, el velero, el departamento en Pinamar y su casa en Olivos. 

Asegura que la causa por enriquecimiento ilícito en su contra fue reabierta sin hechos nuevos bajo una figura “aberrante desde lo jurídico”: la cosa juzgada írrita. Bajo esa misma figura se intenta reabrir causas como la de enriquecimiento ilícito de la ex presidenta Cristina Kirchner. El la rechaza. “Están intentando por vías ilegales y espurias llegar a la cosa juzgada írrita”, explica. Y aclara que no es kirchnerista. “No me dijeron macrista cuando sobreseí a Macri por las escuchas”, dispara.

—Más allá de las explicaciones, usted tiene muchos bienes.
—No creo que sean muchos. Las causales de remoción de juez son dos: comisión de un delito y mal desempeño. Por eso hago hincapié en que, si es comisión de delito, el Consejo no tiene funciones para actuar porque el delito fue investigado y fui sobreseído. El Consejo no es un juzgado de apelaciones.

—¿Conoce a la ex presidenta?
—La vi dos veces.
—¿Dónde?
—En un casamiento y en un evento social.

—¿Qué opina de su gestión?
—En líneas generales, apruebo. Por las políticas sociales. No estuve de acuerdo con la política en materia judicial. Por eso me alejé de Justicia Legítima. 

—Se están descubriendo muchos hechos de corrupción de la gestión anterior.
—Se están denunciando muchos casos, no sé si se están descubriendo muchos casos. Algunos sí son evidentes, como el del señor con los bolsos de dinero.
Pero acá se dice que no hubo ningún funcionario condenado. Sin embargo, fue el único gobierno que tuvo un ministro de Economía condenado (N. de R.: Felisa Miceli). Nunca antes ha sucedido. Ni siquiera fueron condenados los ministros de Economía de la dictadura.

—¿Entonces usted cree que es una construcción mediática la calificación de “gobierno más corrupto de la historia”?
—No me cabe duda. Se dice que es el más corrupto de la historia cuando en este país han existido treinta mil desaparecidos y nos hemos endeudado cuatro generaciones de argentinos. Hay una intencionalidad determinada de construir sobre la crisis. 

—¿Qué piensa de la cosa juzgada írrita?
—Es una aberración jurídica. Hay un solo autor que escribe en este sentido. La cosa juzgada írrita solamente opera en favor del imputado o del condenado, pero nunca jamás en contra. Esto lo han dicho la Corte Interamericana, la Corte Europea de Derechos Humanos, el Pacto de San José de Costa Rica. 

—Pero Norberto Oyarbide, por ejemplo, sobreseyó a Cristina Kirchner por enriquecimiento en tiempo récord. ¿Qué pasa si se prueba que fue un fallo arreglado?
—Habría un hecho nuevo. Un delito cometido por el juez o el fiscal. Y tendría que ser juzgado. Pero eso es otra cosa.

—¿Y al gobierno de Mauricio Macri cómo lo ve?
—Recién está comenzando, no lo veo muy bien.

—¿Por qué desestimó usted la denuncia de Alberto Nisman?
—Porque no sólo no había delito, sino que no había forma de poder probar lo que él decía.

—Pero lo que se critica es que no se tomaron el tiempo para revisar todos los audios y la documentación que había aportado el fiscal.
—No es así. Se revisó todo. En primera instancia, en la Cámara, y no por mí solo. No tiene fundamento todo eso. Cuando se cuestiona
un fallo, me gustaría que se lean los argumentos. Las pruebas no hay que aportarlas a la Cámara de Diputados, a menos que haya allí una comisión investigadora. No hay que negociar las pruebas con los diputados.

—¿Usted dice que Nisman hizo eso?

—Está probado. Las llamadas existieron.

—¿Cómo murió Nisman?
—No tengo una teoría.

—¿Cree, como dijo Esteche, que si a Cristina Kirchner la meten presa un juez puede aparecer muerto?
—Dios quiera que no. Me parece una barbaridad de parte de quien lo dijo.

—¿Usted va a renunciar?
—No tengo por qué. Hay embates, pero vamos a tratar de que primen la razón y la lógica en este caso.