POLITICA

Para la Justicia el Mundial ya empezó

Hay rumores de un acto despótico de Lorenzetti y de una cumbre de Macri con los hermanos Lijo.

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Buenos tiempos. El presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, y el presidente Mauricio Macri. | CEDOC.

Aunque resten unos días para el inicio de la Copa del Mundo de Rusia, en el mundo político-judicial transcurren movimientos subterráneos poco visibles, en los que acaso se aprovecha que la lupa pública está puesta en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional o en el debate por la legalización del aborto.

Ello no significa que ciertas movidas no gocen de los encantadores focos de eventos que pueden tener lustre de históricos. Uno de ellos será este lunes 11, cuando Mauricio Macri y Ricardo Lorenzetti encabecen en el CCK un encuentro que significaría el puntapié inicial para que casi un centenar de juzgados federales en las provincias sean cubiertos. Macri hace solo dos años y medio que está en la Rosada. Lorenzetti hace doce que preside la Corte Suprema. Más vale tarde que nunca.

De la reunión participarán, además, más de una docena de gobernadores, de distinto signo partidario y seguramente sin ánimo de influir en los nombramientos. Si bien el loable objetivo es mejorar la eficiencia de los juzgados en causas de narcotráfico, convendrá detenerse en los procesos de selección. Suelen anunciarse métodos suecos para terminar en resultados ugandeses, con todo respeto.

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La imagen Macri-Lorenzetti volverá a irritar a Elisa Carrió, que no necesita de mucho para multiplicar su inquina sobre el jefe del máximo tribunal del país. Esta semana, justamente, la diputada tuvo otro arranque de furia en el que cayó además la vocera personal del juez, a cargo del Centro de Información Judicial, María Bourdin. Contra lo que es norma de la casa, Bourdin salió esta vez a replicarle pública y justificadamente. Carrió, se sabe, tiene dificultades para separar la paja del trigo, y sus desboques permanentes contaminan denuncias sensibles.

Ya tomamos como normal que Lilita, una aliada clave del Presidente, acuse a Lorenzetti de ser un corrupto. Supuesto, agrego (para que el adjetivo que no pone Carrió me evite una intimación de los abogados del doctor o alguna carta destemplada, como ya ha ocurrido). Lo que incorporamos como normalidad, en cualquier república seria no lo es, sean o no veraces y comprobables las imputaciones.

La última de ellas fue atribuirle afanes golpistas al cortesano, por un almuerzo con medio centenar de empresarios top en el Jockey Club hace un mes, en medio de las turbulencias financieras. Esa cita estaba pautada hacía tiempo y cayó en un momento inoportuno.

Tal vez sea menos oportuno, y sabido, algo que trascendió en los pasillos de Tribunales. Allí, con maldad, se marcó el levantamiento de la garita de seguridad policial que estaba apostada en la esquina del edificio de Lavalle y Uruguay. Esta súbita evaporación se la vincula a la instalación de una casilla muy parecida en la entrada de la vivienda de Lorenzetti en su querida Rafaela, como lo reflejan las imágenes que acompañan esta columna. Cuánta vileza.

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Garita. Fue levantada la casilla policial de Lavalle y Uruguay, una de las esquinas del Palacio de Tribunales. Apareció una muy parecida en la casa de Lorenzetti en Rafaela.

Otra intriga maligna recorre despachos poderosos, pero de Comodoro Py. Allí se asegura que días atrás el juez federal Ariel Lijo habría ido a visitar a Macri a la quinta que el Presidente tiene en Los Abrojos, en las afueras de Buenos Aires. Delicado. Lijo tiene a su cargo la causa del Correo, donde la familia Macri y el Estado nacional (gobernado por uno de sus miembros) entrecruzan demandas multimillonarias. Pero Lijo también es uno de los pesos pesados de Py, donde el Gobierno no termina de saber qué se cocina.

Para peor, la versión indica que Lijo no fue solo. Lo habría acompañado su hermano Alfredo, alias Freddy, sindicado como operador judicial todoterreno (en su momento, de Julio De Vido y de buena parte del kirchnerismo) y con un progresivo crecimiento patrimonial, de los que suele dar cuenta el diario La Nación, cercano a los intereses de la familia judicial tradicional y de la gestión macrista.

Los Lijo no arribaron en soledad a Los Abrojos. El abrepuertas no sería otro que Daniel Angelici, presidente de Boca, amigo presidencial e influyente en el complejo planeta judicial, de donde tampoco es ajeno Gustavo Arribas, otro íntimo de Macri.

Todos los involucrados niegan semejante contacto. Tiene lógica. Ya arranca el Mundial.