La espera fue más larga de que se imaginaba. Desde las 18 que se cerraron los comicios en adelante hasta la llegada de los primeros datos oficiales, el bunker de Juntos por el Cambio fue una mezcla de versiones, caras largas y la liturgia habitual en el partido.
La espera fue menos duranbarbista de lo previsto: los dirigentes del PRO estuvieron desde temprano, especialmente Horacio Rodríguez Larreta, a los que se les sumó Martín Lousteau, que habló largamente con los periodistas.
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No faltaron los globos amarillos (gran parte del tiempo, los militantes y voluntarios se dedicaron a inflarlos) y una innovación, fruto de los tiempos que corren: las selfies, que se tomaron dirigentes como Diego Santilli y Horacio Rodríguez Larreta.
Se la vio a Carolina Stanley entre las más tempraneras, luego de la conferencia que diera su marido, Federico Salvai (jefe de campaña de la Provincia), junto a Hugo Macchiavelli (de Capital) y Marcos Peña, que lideró el proceso electoral nacional.
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Otro de los personajes infaltables en el bunker oficialista fue Pablo Cabaleiro, el Mago sin dientes que, con galera y todo, se sumó a la ola selfie.
C.P
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