El jefe de Gabinete, Marcos Peña, reconoció ayer que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, genera “mucha incertidumbre” en “todo el planeta”, hasta tanto se devele si será el que se mostró “en la campaña o uno más moderado”.
El gobierno de Mauricio Macri apostó desde su inicio a afianzar las relaciones con los Estados Unidos, tanto para facilitar vías de financiamiento como para estimular la llegada de inversiones extranjeras.
Durante la campaña electoral, la Casa Rosada exhibió su favoritismo por Hillary Clinton, quien finalmente resultó derrotada.
El desenlace de los comicios de los Estados Unidos descolocó al macrismo, que ahora trabaja por retomar la relación bilateral.
Malcorra lamentó que “no sea una mujer” quien haya ganado el primer cargo electoral en Estados Unidos, al considerar una “pena no ver una mujer tan capaz elegida para esa importante responsabilidad”.
Ayer, Peña ratificó que se insistirá en “fortalecer las relaciones con Estados Unidos” durante la actual gestión, más allá de que “algunas cosas por ahí nos ayuden y otras nos perjudiquen”.
Trump se inclinó durante la campaña a favor de medidas proteccionistas que enfrentaran la competencia de China y privilegiarán la producción de los Estados Unidos. La postura fue a contrapelo de la política aperturista que impulsa el macrismo a nivel regional, y que incluso lo había acercado hacia los países del Pacífico.
En relación con la política migratoria de Donald Trump, uno de los puntos más controvertidos de la campaña electoral, el jefe de Gabinete dijo que, en el caso argentino, “hay mucho compromiso con el valor de la migración”, aunque propuso “mejorar cosas que tienen países vecinos” y señaló que “es un tema que es bueno llevar a debate”.
En el Gobierno apuestan a que la relación entre ambos Estados va más allá de las diferencias que quedaron al descubierto durante la campaña presidencial por el sillón de la Casa Blanca.
