A pesar de que el debate sobre el sistema de votación gira en estos días en torno al modelo de boleta que puede garantizar mayor confianza, en sectores de la política (y no sólo de la oposición) están poniendo la mira en el funcionamiento del Correo Argentino, comandado por dirigentes de La Cámpora, y encargado de procesar los telegramas para el escrutinio provisorio. Según fuentes de la empresa estatal, el titular, Juan Claudio Tristán (vinculado a Amado Boudou), no ostenta el verdadero control, que recae en cambio en la vicepresidenta, Vanesa Piesciorovski, de La Cámpora. Junto a otros jóvenes con puestos jerárquicos, tiene cada vez más peso interno. Según las denuncias que se conocieron, hay telegramas que los fiscales firman con un contenido que después aparece cambiado cuando se muestran en el escrutinio provisorio. Se vio en Tucumán pero también se denuncia que pasó en las PASO del 9 de agosto. Así, la sospecha es que desde que el telegrama salió del colegio hasta que se cargó en el sistema sufrió alteraciones o fue directamente cambiado. Estas cuestiones, no obstante, deberían ser subsanadas en el escrutinio definitivo, donde se controlan las actas que se guardan con sobres y votos en las urnas. Hasta llegar al control de la Justicia, las urnas son trasladadas por el Correo Argentino.
