POLITICA
malhumor social

Por la crisis, aumentan los indecisos y el descontento con la dirigencia política

Así lo muestran distintos estudios, que coinciden en que nadie capitalizó lo que perdió el Gobierno desde las elecciones. El descrédito es tanto con oficialistas como opositores.

Agrietados. La polarización entre Macri y Cristina sigue marcando el pulso. Cada vez más gente no elige a ningún dirigente.
Agrietados. La polarización entre Macri y Cristina sigue marcando el pulso. Cada vez más gente no elige a ningún dirigente. | Cedoc

La carta principal que hoy tiene el Gobierno de cara a las elecciones de 2019 es la oposición. Lo reconocen los propios funcionarios, incluso los más optimistas respecto a la situación económica y social que enfrentará el país en el próximo año. El problema es que es un arma de doble filo, sobre todo si la crisis económica se profundiza. Diversos sondeos ya están percibiendo un escenario que enciende las luces amarillas: está creciendo el descrédito con la política.
La coyuntura política y social está lejos de convertirse en el recordado “que se vayan todos” de 2001-2002, sobre todo porque el gobierno de Mauricio Macri mantiene una imagen positiva que oscila entre el 35% y 40%, que repuntó en el último mes. Pero en lo que todas coinciden es en que cada apoyo que pierde la administración de Cambiemos no tiene un destino claro. Nadie capitaliza.
Así, lo que está creciendo es el descrédito generalizado. Poliarquía, en su estudio de junio, detectó que uno de cada tres argentinos (33%) no puede nombrar a ningún político que sea de su agrado.  Esa cifra, en los últimos dos años, en promedio oscilaba en el 20%.
Un informe de Analogías muestra que la intención de voto de Macri perdió 12 puntos desde octubre hasta hoy (está en 30%). Esa merma, aseguran, fue a parar a los indecisos, que hoy son entre 25% y 27% de los entrevistados. “Con una buena campaña, gran parte puede volver al macrismo”, analiza Pablo Mandía, director de la encuestadora. “Es un voto enojado, que hay que ver a dónde va. El indeciso es anti, pero todavía más anti K que anti Macri”, añade.
Con otro enfoque, la consultora Taquión realiza un “Monitor de credibilidad” que deja en evidencia que tanto el oficialismo como la oposición  tienen falencias para transmitir confianza en la sociedad. Ante la pregunta “cuando el Gobierno dice que trabaja para mejorar el futuro de todos los argentinos, ¿usted le cree?”, un 58% respondió que no. Solo el 33,5% de los consultados le cree. No obstante, peor les va a los opositores. “Cuando la oposición dice que solo le preocupa el futuro de todos los argentinos, ¿le cree?”, pregunta la encuesta: el 66% dice que no y solamente el 21% responde por la positiva.
 Otro número que muestra la creciente apatía de la sociedad con sus políticos lo tiene la empresa Ipsos. Según el estudio realizado en junio, solamente el 27% de los argentinos cree que los políticos contribuyen “mucho” o “algo” al país. De esta manera, los políticos quedaron últimos entre once grupos sociales. Hasta 2016, estaban en el puesto 9, con un 39% que consideraba que aportaban algo al país. Ese listado hoy lo encabezan los intelectuales y científicos (80%), ganaderos y agricultores (78%) y comerciantes (78%). Más abajo quedan industriales (68%), periodistas (55%), militares (48%), banqueros y financistas (45%), jueces (36%), sindicalistas (31%) y obispos y sacerdotes (28%). Todos más arriba que los políticos.
Por último, la consultora Polldata detectó que “la clase política” figura segunda en la lista de principales problemas que tiene el país, con el 18% de las menciones sobre un listado guiado. Solo es superado por el “aumento de precios y tarifas”, que es elegido por el 37% de los entrevistados. Al sumar “la corrupción” (11%) con “la clase política” deja en claro que las cuestiones políticas alcanzan casi el 30% de las respuestas. Las cuestiones económicas, en cambio, ascienden al 56,5% (se agregan “bajos salarios” y “desocupación”).
Precisamente, es la economía la que terminará determinando el rumbo de estos números. La crisis, si se profundiza, solo aumentará el descrédito en una dirigencia que, a diferencia del pasado,  deberá estar a la altura de las circunstancias.