Desde que se fue Roberto Lavagna, los Kirchner no tienen ministro de Economía. Todo el mundo sabe que Kirchner asumió ese papel, y es él quien llama al secretario de Hacienda para llevar los números en su libreta de almacenero VIP. Cuando Cristina nombró a Martín Lousteau, tampoco hubo muchas expectativas de que fuera a salirse del libreto. Pese a los pergaminos del joven economista, enseguida quedó solo, rodeado de tiburones insaciables.
Escrachado como el "joven rebelde" que subió las retenciones al campo, su cabeza pasó a costar nada tras el conflicto interminable entre el gobierno y la "puta oligarquía" que cortó rutas en más de 250 puntos del país. Como a alguien hay que culpar cuando todo sale mal, Lousteau fue separado de las negociaciones y ya ni pincha ni corta. De eso, se dan cuenta todos y por eso estas imágenes. Triste, solitario y ninguneado, el pobre Lousteau quedó reducido al ministro mocoso.
El pasado 18 de abril, por la tarde, la presidenta Cristina Fernández presidió en el Salón Blanco el acto de firma de convenios con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destinados a "la gestión de la sanidad y calidad agropecuaria". Por supuesto, Lousteau estaba presente, pero estaba ausente. Eduardo Lerke, fotógrafo de Perfil, retrató la soledad del ministro y comprobó cómo la mayoría lo esquivaba. Él miraba sin ver, y se entretenía con su propia humanidad.
* editor general de Perfil.com
Premonitorio: Un ministro solo y mocoso
Esta galería de fotos no necesitaba texto, pero valía para resumir el presente sin brillo del ministro de Economía Martín Lousteau. La publicamos hace menos de una semana.
