POLITICA
Por encubrimiento

Procesan a la monja Inés por los bolsos de José López

La Cámara confirmó los procesamiento del exsecretario K, su esposa y dos presuntos testaferros. Revocaron la falta de méritos de la religiosa.

San José López
San José López, por Pablo Temes | Pablo Temes
La Cámara Federal porteña confirmó el procesamiento del ex secretario de Obras Públicas kirchnerista José López, su esposa y dos presuntos testaferros, mientras los jueces revocaron la falta de mérito de la monja Celia Aparicio, a la que también procesaron por lo ocurrido en el convento de General Rodríguez, donde el ex funcionario quiso esconder nueve millones de dólares.

Además, la Sala II de la Cámara le ordenó al juez Daniel Rafecas que profundice el análisis patrimonial de los integrantes del grupo familiar de López, porque solo se estudió la situación de su esposa y su suegra, pero se dejó "fuera de examen, por ejemplo, a las hijas del matrimonio".

Los camaristas también advirtieron que "dada las particularidades evidenciadas en lo que hace a la forma comisiva seguida, deviene ineludible ahondar en derredor de los contratos de alquileres que vinculan a todo el grupo familiar de López". 

Y como ejemplo pidieron profundizar sobre "las unidades funcionales del inmueble de la avenida Las Heras 2032", en la Capital Federal. También solicitaron "despejar los interrogantes vinculados al manejo cotidiano" del convento, mas allá de la declaración de inimputabilidad de la madre Alba, que hizo el Cuerpo Médico Forense, "pues los testimonios hasta el momento recibidos han generado aún más incertidumbre en torno al punto".

El caso. José López fue el secretario de Obras Publicas durante el kirchnerismo y estaba siendo investigado por enriquecimiento ilícito, pero su situación judicial cambio a partir del 14 de junio pasado, cuando fue detenido en la madrugada en el convento de General Rodríguez, adonde había llegado con bolsos con casi nueve millones de dólares con la intención de esconderlos.

Rafecas lo procesó por enriquecimiento ilícito por no poder explicar el origen de ese dinero, y el 1 de setiembre pasado amplió el procesamiento por la mansión en Dique de Luján, partido de Tigre, en donde vivía.

En esa resolución también procesó a su esposa María Amalia Díaz, esposa de López, y a los empresarios Andrés Galera y Eduardo Gutiérrez, al aparecer como sucesivos titulares del dominio de la propiedad a los que supuestamente López les alquilaba el lugar.

Sobre la hermana Celia Inés Aparicio, religiosa desde hace 30 años, Rafecas entendió que hasta ahora no hay elementos suficientes como para procesarla o sobreseerla y dispuso una serie de medidas y una pericia sobre la totalidad de las horas de video de la cámara ubicada en la puerta de acceso a la vivienda del monasterio, más allá de las que fueron de público conocimiento.

Ahora, la Sala II de la Cámara Federal, a cargo de Martín Irurzun y Eduardo Farah, confirmó los procesamientos de López, Díaz y los empresarios por la casa de Tigre.

"El interés que el imputado demostró por la propiedad desde el año 2008 -tal como reconoce-, su presencia, participación y decisión en el desarrollo de las obras -aun frente al cambio de titular- demuestran con la certeza propia de esta etapa que, en realidad, era el imputado el verdadero titular del inmueble, siendo dicho carácter el que se compadece con los actos exteriorizados por López desde aquella oportunidad", se sostuvo.

La Cámara también decidió procesar a la religiosa, al señalar que si bien Aparicio dijo que "a 'José' sólo lo vio una o dos veces, desconociendo su actividad, no pudo explicar con suficiencia las razones por las cuales es su firma la que, junto a la de (el fallecido arzobispo Rubén) Di Monte, se encuentra estampada en una vieja nota enviada a José Francisco López el 22 de agosto de 2007, junto con una planilla de presupuesto de obras, hallada en el convento".

El fallo resaltó que "tampoco resultaron claras sus explicaciones en punto a las razones por las cuales se despidió afectuosamente del nombrado siendo que -según indicó- lo vio en una o dos ocasiones, y además por el horario y por su actitud no estaba de acuerdo en abrir la puerta pero lo hizo porque se lo indicó la madre superiora" y "no adoptó idéntica diligencia cuando aquella le habría ordenado abrir al personal policial".

"Más particular es la situación aún si se repara en los diversos llamados telefónicos que se cruzaron ente el teléfono celular titularidad de Díaz y los teléfonos del convento -tanto de línea como de Alba Día de España Martínez Fernández-, horas antes del arribo de López al lugar. El cuadro indiciario reunido es el que aconseja acceder a la pretensión del Sr. Fiscal en cuanto requirió que el rol efectivamente desempeñado por Aparicio sea dilucidado en la amplia etapa de debate".