POLITICA

Quién es Clara Waite, la mujer que puede hundir a César Milani

Por Luis Gasulla (*) | Entretelones de las charlas, encuentros y confesiones de la cuñada del “General de Cristina”.

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“No quería hablar pero Milani me llevó a esta situación”, decía Clara Waite, la cuñada del General más poderoso de la última década, en las primeras charles, cuando advertía que no tenía interés en generar un revuelo mediático. A comienzos del 2014, cuando conocí de su existencia, gracias al colega José Stella, insistí durante meses con entrevistarla. Quería sumar su testimonio al capítulo sobre Milani de mi último libro “El negocio de la impunidad. La Herencia K”. No sería posible. Vaya a saber qué fue lo que colmó su paciencia que, casi por casualidad, una noche de septiembre del año pasado, habló “en on” en mi programa de radio en la extinta FM Identidad.

Poco después, ante la conmoción que despertó, tomé una muda de ropa, preparé el auto y viajé a Córdoba, Capital, a conocerla. Clara me recibió asustada, apesadumbrada junto a su hija y su pequeña nieta, en un departamento arruinado, según su testimonio, por “vecinos errantes” vinculados a su cuñado. Así empezó un sinfín de historias, anécdotas y confesiones, muchas de ellas, que aún aguardan ver la luz cuando la mujer lo crea conveniente.

En Sarmiento y Rivadavia, a unas cuadras del histórico centro de Córdoba, Waite me mostró sus fotos con políticos y funcionarios locales y nacionales. Del ex Presidente Carlos Menem a José Manuel De la Sota pasando por el ex ministro Julio Mera Figueroa a la de su padre junto con Juan Domingo Perón. Justamente su padre es el protagonista de la presentación espontánea que realizó Waite ante la fiscal federal Graciela López de Filoniux. El fallecido suegro de Milani, Manuel Alberto Waite Figueroa, le habría contado, antes de morir que César “parece que ha matado a un soldado en Tucumán y tuvimos que recurrir a ‘Coco’ para ayudarlo a salir de esta situación complicada”. La charla tuvo lugar el 2 de noviembre de 1985. Poco después, Clara perdió a su padre, un viejo conocido de Perón y convencional constituyente de la reforma de 1949. La mujer sospecha que ese soldado sería Alberto Ledo desaparecido en Tucumán en 1976.

La familia de Waite siempre miró con recelo a César Milani. Lo más sorprendente del relato de Clara es que, en los años setentas, su flamante cuñado la corría “por derecha” y hoy se abraza con Hebe de Bonafini. Vieja conocedora del peronismo, Waite asegura que “Milani conoce los secretos de Cristina y la maneja a su antojo”. En marzo del 2015, la cuñada del General de Cristina volvió a hablar públicamente conmigo en radio. Aseguró que estaba convencida que detrás del asesinato de Nisman estaba metido su cuñado. Elisa Carrió asegura que la mujer está en lo cierto y le pidió que se cuide.

Waite continuó su vida entre mensajes mafiosos en las redes sociales, quejas de vecinos, llamados misteriosos y la convicción de sentirse observada. Insistió en que su cuñado era un experto en eso de realizar “finos trabajos de inteligencia” mientras compartía fotos de su carrera política, trunca, tras el ascenso de su familiar político. Lejos de la militante peronista de los setentas que fue Clara, Ana María Zafira Waite, su hermana, se aferró al joven Milani cuando lo conoció. Clara recuerda, como si fuese hoy, la primera vez que lo vio “al César”: “Fue una tarde en barrio Escobar, cerca del puente Tablada, me lo presentó mi hermana. Fue una siesta en la que la fue a buscar para llevarla a la casa de los padres en Cosquín. Se quedaba allá, era de hablar muy poco, reservado pero no tímido. Ese encuentro fue en 1976. Ya había caído el gobierno peronista. Ella ya noviaba con él desde La Rioja, iba y venía”.

El tiempo pasó. La familia se distanció. Algunos ascendieron económicamente y mutaron sus convicciones políticas e ideológicas. Al menos, en público. Con el correr de los años, la fortuna no estuvo del lado de Clara y de su hija. La “guerrillera” de antaño, como la llamaba su futuro cuñado, hoy denuncia la exótica alianza del “gobierno de los derechos humanos” con un militar sospechado de haber cometido delitos de lesa humanidad durante la dictadura, sin pelos en la lengua. Clara Waite es la cuñada que rompió con el relato. Es la víctima que se le escapó a Cristina. La que no pudieron callar.

(*) Especial para Perfil.com | En Twitter: @luisgasulla