POLITICA

Sarlo y González discutieron divertidos sobre Carta Abierta

El video del encuentro con Fontevecchia en que debatieron sobre los textos del grupo político kirchnerista.

Sarlo: "Opino sobre el texto de ustedes". González: "No, yo quiero opinar sobre los tuyos también".
| Juan Ferrari - Diario PERFIL

En una parte de la rica entrevista de Jorge Fontevecchia a Beatriz Sarlo y Horacio González, que publicó completa este domingo el Diario PERFIL, los intelectuales de las dos corrientes que dividen aguas en la Argentina actual se trenzaron en una discusión sobre la naturaleza de los textos del grupo político kirchnerista Carta Abierta. ¿Son jacobinos o lo menos jacobino de los últimos tiempos? 

Aquí, el diálogo completo de ese intercambio y un fragmento en video que refleja lo divertida y picante que fue la charla entre Sarlo y González sobre la controvertida Carta Abierta 15.

Fontevecchia: —Horacio, ¿habría cambiado algo el texto de esta Carta Abierta si usted hubiera participado en la reunión?

González: - No solo participé en la reunión (N.d.R: no físicamente), participé en algunas frases. No concuerdo con que sea una carta desdeñable. Es un texto de urgencia que enumera empresas vinculadas a la exportación de granos, y efectivamente y de una manera tardía, provoca algún tipo de instancia de control del comercio exterior. Carta Abierta, con ese nombre, tenía que escribir textos. Y los textos que escribió estaban amparados en cierta frase feliz, en un concepto que efectivamente fue tomado, el que recorre toda la historia del kirchnerismo, que es una reflexión sobre la inestabilidad política, y esta vez se utilizó una idea terrible que me parece que es una idea perteneciente a los políticos que forman parte de un legado. Cosas que uno quería construir sin ningún peligro, y en esos momentos se abusa del pensamiento, aparece otra crítica, y aparece también otra entidad, que es la crítica hacia sí mismo que está presente y que se puede percibir. Y hay una alusión a la patria. Eso también pensé que iba a provocar alusiones. La idea de “La patria está en peligro” se inspira en la tradición de una idea jacobina, una tradición nacionalista. Es una consigna de la revolución francesa en la comuna de París. Entonces, el tema de ese texto para mí es que efectivamente hay dificultades de todo tipo, no solo para este gobierno. No hacer como hace Venezuela. Ante esa dificultad, un llamado a quienes pudieran percibir que hay un sustento democrático a defender, la inestabilidad política que puede tener rostros muy acerbos o rostros directamente golpistas, y que hay un balance para hacer del kirchnerismo, que no sea un balance oficial del kirchnerismo, sino que sea un balance lo que así se está llamando a lo largo de la última década.

Sarlo: - Como grupo intelectual, es un grupo intelectual que se expresó de manera bastante poco audaz. Porque si la fórmula es jacobina, la patria está en peligro, la carta es lo menos jacobino que yo he leído en los últimos tiempos. Da la impresión de que es un grupo intelectual que va corriendo detrás de las iniciativas dispersas o sistemáticas que han tenido lugar en la política de los últimos tiempos, pero no es un grupo intelectual. Es el grupo que está siempre un paso adelante, no dos pasos atrás de los hechos. Entonces, la fórmula jacobina no alcanza, me parece, para una carta que es poco audaz intelectualmente. Incluso en el uso de sus palabras, que vos sos particularmente sensible al uso de la palabra. La palabra descuido es una palabra casi hogareña. “Me descuidé y se hirvió”, por ejemplo.

G: - Según cómo se use, no deberíamos no tenerla.

S: - Sin duda. Pero para caracterizar Carta Abierta, al parecer, caracterizar que serían ciertos errores, equivocaciones, excesos o retrocesos del Gobierno, la palabra descuido es casi hogareña, por eso me da la impresión de que es lo menos jacobino que he leído últimamente.

G: - Mi opinión es que es una buena carta, que su título anuncia un escrito donde participan distintas personas, y dirige la atención hacia un conjunto de empresas que hacen operaciones financieras que están en el centro mismo de la historia electoral argentina. Y en ese sentido, el aspecto tardío que vos señalás no es tentativo porque en realidad la vida intelectual sería un error por ser solo un anticipo, también acompañando procesos, escribiendo entre líneas…

S: - Pero también hay deseo en la vida intelectual. Cuando la vida intelectual se cruza con la política, en esa tradición que a vos te gusta siempre reivindicar, siempre está presente el deseo.

G: - Este es un grupo político que tiene deseos entremezclados. Decime vos, en la Argentina, quién hoy protagoniza una nítida ruptura intelectual con deseos establecidos. La misma chatura intelectual argentina no lo permite.

S: - Por eso nos ocupamos de ustedes.

G: - La Argentina está viviendo un momento a nivel de comunicación en la vida política, basta ver los debates parlamentarios. Está teniendo un momento que hace extrañar otro momento de la historia nacional. Lo mismo que el contexto puede efectivamente acompañar la posibilidad de lograr una gran oratoria, de inclusive lograr un texto de determinado acontecimiento. Yo soy partidario de que un texto puede anticipar acontecimientos, pero no es el clima que se vive hoy, en este momento porque lo impide la idea misma de operación periodística. Uno trata de escribir textos que no sean apelaciones, es decir, que no actúen siempre a su favor, que no escriban aquello que supone que va a ser leído de tal o cual manera por el destinatario escogido que no está declarado en el texto que puede ser un funcionario, podría ser la propia Presidenta. El texto este no es así, no es un texto para la Presidenta, no es un texto para los funcionarios. Un texto no implica un llamado, que es la esencia de la política, e involucra un juicio que tiene ciertas aperturas y ciertas libertades que no abundan en la textualidad argentina, tanto en los medios como en la política, y trata de evitar ciertas consignas fijas e inmóviles. No aquellas jacobinas a la cual nos referimos. Ahora, ¿por qué lo jacobina? Porque efectivamente este no es un gobierno que se pueda definir como jacobino, aunque ha tenido actitudes literalmente jacobinas en medio de tantas otras que no lo son. Son de un gobierno con un abanico enorme de formas de acción. Algunas más conservadoras, otras muy reformadoras, otras republicanas, reconocidas beneplácitamente y, en general, con fuertes aplicaciones populares que pertenecen a la tradición populista de Argentina o nacional popular. Pero esto no evita que esto mueva espacios democráticos permanentemente, y que viva en una suerte de disparidad entre las formas secretativas que acompañan a los hechos y los hechos mismos. Muchas veces los hechos, en algo que el Gobierno se ha definido en sus comienzos como gobierno de capitalismo serio, muchas veces son hechos que trascienden la definición, que podríamos hacer rápida, de que es un gobierno con aspectos estatistas, con aspectos extraños en cuando a la selección de funcionarios, con discusiones internas que en todo gobierno trascienden o no trascienden, pero en este trascienden mucho. Entonces, en ese sentido, es un gobierno que está implantado en la sociedad de una manera claramente representativa de un grupo social, representativa de una clase social, está lanzado a la sociedad argentina como una invitación a pensar diferente en un conjunto de temas que podría, pienso que se pueden establecer sobre la base de criticar lo que se hizo y pensar de forma diferente muchas cosas que se hicieron, y eso es un horizonte de imposibles en este tipo que le queda algo de... Definida la política así, me parece que el texto no es un texto malo, es un texto, como dije, jacobino. Es un texto que está flotando sobre la sociedad y que hace un llamado. No es un texto bonapartista, es un texto que llama a los que estuvieron, que llama a demostrar que los que hacen ese llamado, ¿no? Es verdad que uno hace un llamado a los demás sin modificarse a sí mismo, está implícito que uno busca modificarse a sí mismo. Ahora, ¿cómo hacer eso en un momento tan duro de la Argentina?

S: - Primero, la palabra jacobino la trajeron ustedes, el título lo pusieron ustedes, así que… Punto primero. Yo soy inocente, se ofrecieron ustedes y ustedes la evocan. Punto segundo. Yo no tengo por qué llenar los blancos de un texto político. Un texto político no es una tirada de dados. Un texto político es un texto político, por más complejidades que se haga cargo, por mayores que sean las complejidades, y por mayor que sea la complejidad de su discurso, que no es el caso de esta carta. Un texto político es un texto político. Salvo que pensemos que una carta colectiva es un ensayo que se puede escribir con las mismas regulaciones que un ensayo político. O sea que es un problema de ustedes.

G: - Nadie te trata de cargar un texto con el que a lo mejor no estás de acuerdo.

S: - La fórmula constitucionalismo patriótico y constitucional es una fórmula que mezcla una línea jacobina, digamos, la sección jacobina de patria, y la otra habermasiana. Todo eso es de ustedes, yo no me hago cargo.

G: - ¿No te das cuenta que esas son formas, perdoná que lo diga de manera un poco brusca, pero que son envíos que van dirigidos a rupturas que simplemente pueden tolerar la reflexión de un texto? Porque la tradición jacobina es la tradición consensualista, republicana, todas esas cosas escondidas en un texto.

S: - Ustedes no tienen problema de espacio, no están cerrando una nota de 5.000 espacios para un diario. Una carta se cuelga en internet. Entonces una carta no está hecha sobre la base de alusiones, pero es un problema de ustedes.

G: - Está bien porque a mí me gusta la alusión, la alegoría, me gustan todas las figuras...

S: - La alegoría puede ser amplia, la alusión siempre es puntual. 

G: - Me senté en esta silla sin tener demasiada voluntad de diferenciarlos. Evidentemente tendré que seguir meditando sobre eso, pero ¿cuántas veces usamos la palabra intersticio? Si vos te dedicás a la tarea que te dedicaste durante tantos años, nosotros quisimos hacer eso en los textos, los intersticios, las alegorías. Un texto creo que las tiene.

S: - Sin duda las tiene en cantidad, a mares, yo diría. Pero bueno, es el texto de ustedes, yo doy mi opinión sobre el texto de ustedes.

G: - No. Yo quiero opinar sobre otros textos también. Bueno, los tuyos, los de siempre. No coincido con la idea que tenés de que es un texto que no reflexiona sobre sí mismo. Sería absurdo pensar en llamar a que todos reflexionen sobre el horizonte democrático en la Argentina que corre riesgos, si uno no reflexionara también por sus propios riesgos que uno puede provocar. Tengo esa opinión.

S: - No sigo la discusión porque me parece que no tiene sentido. Vi el video con el que lanzaron la carta. En ese video, hablan de la carta diciendo “nosotros conocemos kirchneristas de los buenos y de los malos”. Eso dice uno, eso está colgado. Pero está bien, no se puede perseguir a nadie con lo que está colgado, no tiene sentido.

G: - No, sí, tiene sentido porque realmente es un texto acompañado de videos que se toman a personas hablando, en una especie de asamblea del siglo XIX que sale con tecnología del siglo XXI.

S: - Eso es lo bueno. Por eso nunca haría una crítica de esa combinación, al contrario, siempre me ha gustado ver las cartas con los videos, pero listo, me retiro.

G: - ¿Por qué te retirás? Qué estilo el tuyo.

S: - Ya dije lo que tenía que decir. No quiero decir que me retiro para siempre. No: dije lo que tenía que decir.

G: - Siempre nos estaremos encontrando, pero, por ejemplo, esto que escribió Gargarella en PERFIL Ahí se menciona a Néstor y Cristina. Sería inviable en un texto de Carta Abierta mencionar a la Presidenta y a su marido fallecido, ¿o sería viable? Porque esa es una discusión importante, da a ver los planos alusivos que puede tener un texto. Gargarella dice: no me interpela porque se menciona esa amenaza, como dice Néstor y Cristina, no dice solamente Néstor y Cristina, se menciona a Néstor y Cristina. Eso supone una familiaridad, una inmediatez, eso es el límite de la discusión de un texto que se llama kirchnerista al poner esa expresión Néstor y Cristina que a Gargarella le produce ese...

S: - Cada pensamiento político tiene sus personajes, sin duda. 

G: - O también, para mencionar a PERFIL, Carlos Ares (critica que) utilizan palabras como presura. Entonces ya el análisis de vocabulario pasa a ser una especie de juego etimológico.

S: - No es mi caso. 

G: - Ya sé que no es tu caso. Pero si no, ¿cómo escribe de la Argentina? Y si hay que seguir escribiendo, que es lo que últimamente está en juego. No es una pregunta que corre para vos, porque vos escribiste unos cuantos libros, pero ¿qué se lee de la clase política hoy?, ¿qué disparidad están diciendo?, ¿qué se lee en los diarios? Evidentemente, hay muchos planos textuales que muchos de ellos entran en diálogo con Carta Abierta, y Carta Abierta tiene diálogo con ellos. Esa forma de entrar en diálogo para mí significa elaborar textos de calidad. Un texto de gran calidad se sitúa en la historia de una manera diferente que un texto de escasa calidad que reitera motivos anteriores y no sabe buscar en sus propios silencios.

S: - El discurso de parte nuestra de Alfonsín. 

G: - Bueno, sabés muy bien que para mí fue un gran discurso de la historia electoral argentina.

S: - Me alegra escuchártelo ahora.

G: - Yo lo dije en el momento. Para mí ese discurso tenía una interesante combinación de la sociología política de la época, o sea, análisis del discurso, los actos de habla, y cuando yo lo escuché por radio dije: “Esto me suena”.

S: - Bueno, estaba Carlos Nino también ahí.

G: - Sí, pero había una segunda parte que era el pensamiento de Krause, que la base es laica. Alfonsín se lucía porque si no hubiera estado eso, yo creo que no hubiera sido el texto tan bueno, y voy al texto nuestro...

S: - Confluencia de tradiciones.

G: - Jacobinismo y habermasismo, krausismo, o sea, la versión laica, y la teoría del discurso como organizador social. Esas dos cosas lo hacían interesante.

S: - Me va a resultar difícil aceptarte que la Carta 15 y el discurso de Parque Norte están en el mismo nivel, pero si es necesario…

G: - No, no te pido que aceptes eso porque yo mismo digo que no están en el mismo nivel y yo creo que falta ese discurso.