No provocar. Este es el nuevo mandamiento que Daniel Scioli cumplirá durante los próximos 120 días de campaña. El gobernador bonaerense comenzó a sentir algunas caricias del kirchnerismo hacia su candidatura presidencial y pretende no modificar la escena.
El mandatario dejará de lado cualquier gesto que pueda molestar a la presidenta Cristina Kirchner y, así como lo graficó en los nuevos afiches de campaña, no dejará dudas sobre su pertenencia al Frente para la Victoria.
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Se terminaron los días en que Scioli se mostraba en eventos del Grupo Clarín que tanto molestó a los ultrakirchneristas. Tampoco jugará esos partidos de fútbol que le servían de excusa para fotografiarse con dirigentes a los que la Casa Rosada ya no toleraba.
También hizo que se terminaran las especulaciones que corrieron detrás de su figura sobre la posible ruptura con el oficialismo para ir en una boleta opositora. Los últimos eslabones en pregonar esta alternativa, como el ex ministro del Interior del menemismo Carlos Corach y el histórico operador del peronismo Juan Carlos Mazzón ya entendieron que en esta carrera, Scioli no tiene muleto. Será candidato del FpV, y no hay plan B.
El gobernador seguirá mostrando un discurso alineado a los logros kirchneristas y recorrerá las provincias en donde hay elecciones para apoyar a los gobernadores y candidatos del oficialismo. Ya lo hizo con Juan Manuel Urtubey en Salta y lo hará el lunes en Santa Fe cuando se reúna con el diputado nacional y candidato a gobernador, Omar Perotti. También este fin de semana estará en Jujuy con el gobernador Eduardo Fellner. Sólo en seguridad mostrará una impronta propia como es la policía local que ya funciona en cinco distritos de la Provincia. El gobernador recorrerá el país pidiendo su implementación en ciudades del Interior.
A sus recorridos por el territorio bonaerense se sumarán los candidatos a gobernador Julián Domíguez y Diego Bossio, como sucedió en la semana de Pascuas.
