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Se va Alberto: Un golpe a la voluntad virtuosa de los Kirchner

La partida de Alberto Fernández pone en duda el puesto de todos los integrantes del Gabinete: podría haber despidos masivos.

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Si los Kirchner pensaban que conseguirían superar la derrota en el conflicto con el campo sin realizar cambios significativos en su gabinete, la renuncia pública de Alberto Fernández los debe estar convenciendo de que eso no será posible.

Hasta hace unas horas, la gran mayoría de los analistas y los propios kirchneristas estaban convencidos de que la presidenta Cristina Kirchner, estimulada por su marido, el ex presidente Néstor, no haría cambios importantes.

Los analistas escrutaban el pasado en busca del futuro y se detenían en que, en toda su larga gobernación en Santa Cruz, Néstor Kirchner nunca hizo ningún cambio de gabinete. A lo sumo, había reemplazado un ministro pero nunca realizó despidos en masa, presionado por las circunstancias.

Los kirchneristas, por su lado, no podían imaginar un escenario distinto al que se viene repitiendo desde 2003, con Alberto Fernández y el ministro de Planificación, Julio De Vido, como hombres fuertes del gabinete, y en tensión casi permanente.

"¿Quién podría manejar la obra pública y los subsidios si no es De Vido?. Además, De Vido es Néstor", decían.

Se escudaban en que a los Kirchner no les gusta actuar bajo la presión de la oposición y de los medios. En este sentido, representarían una suerte de voluntad inmune a la realidad y (va de suyo) intrínsecamente virtuosa (no se equivocan nunca).

Ahora, todo eso está en duda porque el paso costado de Alberto Fernández podría abrir la puerta a un despido masivo en el gabinete, De Vido incluido.

Ese es el propósito del renunciante, quien ha aclarado a través de sus voceros habituales que con su inusual gesto (dio a publicidad su dimisión antes de que fuera aceptada por Cristina) busca "dar libertad a la Presidenta para que pueda oxigenar su gabinete".

Más allá de su voluntad, y la de su marido, Cristina ha quedado ahora con las manos libres para realizar cambios que la vuelvan a poner en sintonía con la realidad.

*Editor del diario Perfil.