POLITICA

Segunda parte de la Carta Abierta de Leuco a Verbitsky

El periodista arremetió contra su colega, que opinó sobre su pelea con el canciller Timerman. Audio.

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| Cedoc

Me gustaría responder línea por línea las acusaciones difamatorias que me hizo Horacio Verbitsky. Se ve que igual que Timerman no entiende o no quiere entender. O tienen otras intenciones peores todavía. Ya les dije que sospecho que el objetivo del gobierno es borrarme de la faz del periodismo. Ya lo aclaré, pero va de nuevo: No me molesta como dice Verbitsky que el canciller” haya divulgado su punto de vista sobre asuntos de gobierno” por Twitter.

Me parece un error político frívolo e imperdonable que algo tan delicado como el acuerdo con Uruguay haya peligrado producto de su incontinencia virtual. De hecho el ex embajador de Uruguay en nuestro país, Alberto Volonté lo cuestionó porque sus dichos de 140 caracteres estuvieron “lejos de la prudencia”. Y entre los excelentes profesionales de nuestra cancillería es fácil encontrar varias fuentes que aseguran que Timerman fue desplazado de las negociaciones por su impericia diplomática y por su compulsión a la vagancia prolongada.

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Mas de dos fuentes independientes entre si confesaron que Timerman solo puso la cara y la firma y participó solo formalmente del bienvenido acuerdo. Rafael Follonier fue el que actuó como un canciller paralelo pero eficiente. El toque final del acuerdo fue mérito de Cristina y el Pepe Mujica. Eso dije.

Varias veces escribí que, por supuesto, fomento el mayor acceso a la información pública que todavía no tenemos por culpa de este gobierno que cajonea los muchos y muy buenos proyectos que hay en la Cámara de Diputados. Esa crítica política moderada y yo diría habitual en la vida democrática fue la que provocó que Timerman me acusara de intentar cometer un delito. Y eso es lo que no permito. En el calor de la discusión permito de todo. Pero ninguna acusación de corrupción. Simplemente porque no es cierto y porque defiendo mi honor.

Solo Menem se atrevió a tanto y me acusó junto a otros tres periodistas que hacíamos un programa de televisión de ser “ ladrones pagados por la oposición”. Se enojó por una investigación que hizo uno de ellos sobre la buizarra pista de Anillaco. Nos censuraron, levantaron el programa y yo no tuve más remedio que iniciarle un juicio a Carlos Menem. Me había acusado de ladrón. En el viaje, los bultos se fueron acomodando. Y cada uno está donde está. Menem se convirtió al kirchnerismo a cambio de que le frenen los juicios que tiene y a la espera de volver a ser senador con la camiseta de Néstor Kirchner.

El propio Verbitsky dice en su nota que carece “de elementos sobre la veracidad o no “de la acusación de Timerman. No obstante sostiene que mi “reacción insultante no es el mejor argumento para desmentirla”. Por eso la desmentida va a venir con el accionar de la justicia. Pero mi reacción es la de un periodista que ni siquiera tiene relación de dependencia, que no trabaja en ninguno de los grandes medios que ellos satanizan y que está absolutamente harto de los aprietes y de la persecución de un gobierno autoritario que cuenta con la ayuda inestimable de operadores disfrazados de periodistas.

Por eso me defiendo apasionadamente. Porque fui atacado con mentiras. Y eso ofende mi dignidad como persona. No soy insultante. Hablo sin pelos en la lengua como es mi costumbre. Digo las cosas como son. O por lo menos como yo creo que son. No le pregunto a Kirchner lo que tengo que decir. Ni a ninguno de los dueños de los medios donde trabajo. Es riesgoso pero es el camino que elegí. Aborrezco la obediencia debida. Desprecio a los genuflexos.

Le voy a citar un texto y le pido que preste atención:” Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa; de la neutralidad, los suizos; del justo medio, los filósofos, y de la justicia, los jueces. Y si no se encargan, ¿qué culpa tiene el periodismo?”.

¿Sabe quien escribió esto? Horacio Verbistksy. ¿Es lo que él está haciendo?¿O ahora cambio de idea porque es un operador del gobierno? ¿Pone sal en las heridas del poder? ¿O coloca guijarros en el zapato de los periodistas que se mantiene la idea de decir lo malo de cada cosa? Del lado bueno se encarga la oficina de prensa y también Horacio Verbitsky.¿Esa magnifica definición de periodismo de Verbitsky que yo trate y trato de llevar a la práctica, vale solo cuando el gobierno no es de tu ideología o vale para siempre? Preguntas que ojalá no se lleve el viento…

Continuará…

Alfredo Leuco