POLITICA
Extrao plan del gobernador

Solá endeudará a la provincia en 1.000 millones de pesos

El mandatario bonaerense admitió que es para mostrales a todos que su gestión tiene "un plan". Fue después de que la Legislatura aprobara la posibilidad de que la provincia tome más deuda.

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En plena carrera para la reelección, si consigue ganar la pulseada constitucional, el gobernador de la provincia de Buenos Aires sentenció que "la provincia podría aguantar absolutamente un déficit desde el punto de vista financiero" y que "se endeuda para mostrarles a todos que estamos en carrera y tenemos un plan".

Además, recalcó que el endeudamiento de casi mil millones de pesos autorizado por la Legislatura bonaerense "no es para que los números cierren. Eso es falso, la provincia podría aguantar absolutamente un déficit desde el punto de vista financiero" y añadió "se endeuda porque quiere mandar un mensaje a todos de que está en carrera, de que tiene un plan".

Especificó luego que el plan trienal de emprendimientos de obras consensuadas con los 134 jefes comunales de la provincia que se pondrá en práctica el año que viene "permitirá priorizar qué obra pública vamos a hacer, cómo vamos a crecer en Educación, hacia dónde vamos a crecer en Salud, qué vamos a hacer con la Producción en cada caso y en cada distrito,qué es lo que vamos a promover".
Es peciso enmarcar el pedido de Solá para poder tomar más deuda en la decisión del actual gobernador de postularse para la reeleción, posibilidad prohibida por la constitución bonaerense. En este contexto, el gobernador precisa de más liquidez, según algunos, para mantener en verde las cuentas fiscales y de esta maner, ganar adeptos.

Otros que se han sumado a la carrera por el sillón son al actual ministro del Interior, Aníbal Fernández, por el oficialismo, y el ingeniero Juan Carlos Blumberg, por el PRO, partido de Mauricio Macri.

En los '90. "Todos recordamos la desolación de 2002, cuando predominaba, desde los '90, la idea de que lo que se hacía fuera el país debía ser privilegiado y lo que se hacía dentro debía ser postergado y los trabajadores argentinos parecían poco competentes frente a cualquiera que hablara alemán o inglés; los números cerraban cerrando fábricas y así se impuso la desolación y el desierto industrial y los números no cerraron", remarcó el ex funcionario menemista.