POLITICA

Trasladaron a la quinta de Olivos a la madre de Cristina Kirchner

Ofelia Wilhelm fue llevada el jueves a la residencia presidencial. Reforzaron la seguridad en su casa tras los incidentes con los vecinos.

El Gobierno no ha informado el cuadro clínico de la madre de la jefa de Estado.
| Cedoc

Ofelia Wilhelm pasó la noche de la inundación en su casa de Tolosa y, a pesar de no haber sufrido daños en su vivienda, el jueves se refugió en la Quinta de Olivos. El enojo de los vecinos habría sido el motivo de la mudanza de la madre de Cristina.

522 bis entre 7 y 8 es una calle en pendiente, por lo que fue una de las pocas cuadras que no se anegó. A poca distancia, cientos de vecinos debieron ser evacuados por tener más de un metro de agua en sus viviendas.

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 "Mi madre tampoco se quiso ir de su casa, y no tiene agua ni gas ni teléfono”, respondió la mandataria cuando recorrió la zona y un vecino le dijo: "Mi vieja está muerta, la tuya se salvó". "Mi madre le tiene pánico a la lluvia", agregó ayer la Presidenta en cadena nacional.

Pero Ofelia no sufrió la fuerte inundación. Olga vive en la casa de enfrente desde hace más de cuarenta años, tres días después de las fuertes lluvias le muestra a PERFIL que su casa apenas tuvo diez centímetros de agua por un rato.

“¿Para qué vinieron los funcionarios? Vienen y no quieren que estemos enojados. Es insólito”, se quejan dos vecinos de la cuadra de Ofelia. Ninguno tiene relación con la madre de Cristina.

En la esquina, el enojo aumenta en la misma dimensión que creció la cantidad de agua que ingresó a sus viviendas. La custodia se incrementó. Ahora no sólo hay un agente policial en la puerta de su vivienda, sino que un auto con dos oficiales de civiles se instaló sobre la calle 8, mientras que dos policías bonaerenses custodian en moto la esquina de 523.

“Hay mucho enojo en la zona, algunos damnificados querían ir a protestar a su calle. Ayer se  llevaron a Ofelia en los autos oficiales”, cuenta Andrea Giménez. El oficial apostado en la puerta confirmó a PERFIL que Ofelia está en Olivos.

La madre de la Presidenta ya debió esquivar algunos pedidos de sus propios vecinos. En 2008, el crimen de María Soledad Acosta, una cajera de un supermercado de la zona conmovió al barrio. En aquel momento, algunos vecinos decidieron llegar a la casa de la madre de la Presidenta. “Queríamos decirle que nos ayude a combatir la inseguridad en el barrio”, explicó Luján. Ofelia no les abrió la puerta.

Los vecinos del kiosko de 7 y 525 fueron quienes increparon a Alicia Kirchner y Daniel Scioli cuando el jueves recorrieron la zona. Ellos tampoco esperan ayuda de Ofelia. “Después del 2008 en el que quisimos que nos ayude por la creciente ola de inseguridad y no nos atendió, ya sabemos que no le podemos pedir más nada”, relataron.

Tolosa es también uno de los barrios con mayores índices de delitos. “Tolosa se plantó”, es la organización vecinal más importante de La Plata. Allí los vecinos se organizan en asambleas semanales para reclamar por la inseguridad.

A pesar de vivir allí hace más de cuarenta años, la relación de Wilhelm con sus vecinos es distante. Años atrás, solía hacer algunos mandados, pero luego la propia custodia se encargó de ello. En la actualidad, apenas visita la verdulería de la vuelta de su casa y la fiambrería de la avenida 7.

Las pocas veces que camina el barrio, Ofelia no se detiene para hablar con vecinos. Apenas dialogaba con Ada, la vecina de la casa de al lado que el miércoles fue encontrada muerta por sus familiares. “Sufrió un paro, quizás por el susto de la lluvia”, relató Olga.

La hermana, en botas

“Giselle se puso las botas y salió a ayudar a sus vecinos”, cuenta Andrea Giménez, quien tuvo más de un metro de agua en su vivienda.

Habla de Giselle Fernández, la hermana de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien ese día se encontraba en la casa de la madre.

Los vecinos aseguran que en ese momento no había tanto enojo, sino que el humor de la gente empeoró cuando Cristina visitó la zona y Alicia Kirchner trató de agitadores a los inundados. “No somos agitadores, somos trabajadores que perdimos todo”, le contestan ayer en el barrio.