POLITICA
elecciones en estados unidos

Trump se desploma en las encuestas, que vaticinan una victoria de Hillary Clinton

La líder demócrata estaría ganando en los Estados en los que se vota por adelantado. A diferencia de otros países, los especialistas aseguran que los sondeos son fiables. Por qué el magnate sostiene que habrá fraude.

Hillary Clinton y Donald Trump por Pablo Temes.
Hillary Clinton y Donald Trump por Pablo Temes. | Cedoc

Tras una semana marcada por las denuncias de fraude de Donald Trump y su negativa a confirmar si aceptará los resultados, la mayoría de las encuestas en Estados Unidos vaticinan un triunfo de Hillary Clinton en las presidenciales del 8 de noviembre. En los estados donde se puede votar por adelantado, se verifica esa tendencia, sacando la candidata demócrata una luz de ventaja sobre su competidor.

Más de 5,3 millones de votos ya fueron emitidos en 34 distritos. Según datos difundidos por The Associated Press, la ex secretaria de Estado estaría adelante en Carolina del Norte y Florida entre los electores que depositaron sus votos con antelación. A su vez, lideraría la disputa en Arizona y Colorado, mientras que Trump estaría arriba en Ohio y Georgia.

El sitio Real Clear Politics elaboró un promedio de sondeos en cada estado que le adjudica a la demócrata una proyección de 262 electores en el Colegio Electoral, a sólo ocho del mínimo necesario para ser proclamada presidenta. Por su parte, Trump contaría con 164 delegados y habría 112 aún en disputa.
A esta altura, la elección ya no es competitiva. Tiene que pasar algo terrible que dañe a Hillary para que eso cambie. Aun así, creo que no ganaría Trump”, explicó a PERFIL Gisela Sin, profesora de la Universidad de Illinois.

Los fallos de las encuestas en el plebiscito de Colombia y en el Brexit parecen poner en entredicho ese vaticinio. En los Estados Unidos, aún está fresco el recuerdo de la reelección de Harry Truman, cuando los estudios habían previsto un triunfo del republicano Thomas Dewey, pero ocurrió lo contrario, quedando en offside el Chicago Daily Tribune, que había informado sobre una derrota del mandatario demócrata.

Pero los expertos defienden la fiabilidad de los relevamientos. “El panorama de encuestas en 2016 es muy diferente al de hace 68 años. La primera gran diferencia es que ahora tenemos más sondeos. En octubre de 1948, por el contrario, sólo cuatro encuestadoras relevaban la intención de voto a nivel nacional, menos que las que difundieron estudios esta semana”, escribió Nate Silver, experto en estadísticas, en su sitio FiveThirtyEight.

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Sin coincide con ese diagnóstico: “Una sola encuesta nunca te dice la verdad. Pero cuando tenés una gran cantidad en todos los estados, son muy confiables”.

Caída. En las últimas tres semanas, aumentó la brecha de intención de voto entre los dos candidatos. Los malos desempeños en los debates y las denuncias de abuso sexual detuvieron el ascenso de Trump y catapultaron a Clinton. Para Silver, la ex secretaria de Estado tiene un 86% de chances de imponerse, mientras que el republicano, sólo un 14%.

Ante esa adversidad, Trump preparó el escenario poselectoral: alertó sobre un posible fraude a favor de su rival y puso en duda si aceptará o no los resultados. El magnate sostuvo que alrededor de 24 millones de votantes están registrados de manera inexacta, sosteniendo que algunos se mudaron de estado y otros murieron. “Más de 1,8 millones de personas fallecidas se enumeran como votantes. Tengo la sensación de que no van a votar por mí”, aseguró en uno de sus últimos actos.

Para The Washington Post, “es casi imposible amañar una elección presidencial en Estados Unidos”. Aunque no se trate defraude, hay estrategias utilizadas para manipular el proceso electora, que apuntan a bloquear el derecho al voto de miles de electores. La “supresión de votantes” consiste en aprobar leyes que limiten el sufragio anticipado, exijan identificaciones especiales a minorías sociales y aumenten los requisitos para registrar nuevos votantes.

A 16 días de los comicios, Trump agita los fantasmas del fraude como un manotazo de ahogado para movilizar a la América profunda.