POLITICA
escandalo en chubut

Un espía procesado por investigar las protestas contra la minería

Un espía, dos fiscales y dos comisarios quedaron envueltos en un escándalo en Chubut, cuando se filtró un archivo con espionaje ilegal de civiles que son activistas en contra de la instalación de una mina en Esquel.

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Un espía, dos fiscales y dos comisarios quedaron envueltos en un escándalo en Chubut, cuando se filtró un archivo con espionaje ilegal de civiles que son activistas en contra de la instalación de una mina en Esquel. La Justicia Federal ya procesó al espía, cuya identidad no se puede revelar, y citó a indagatoria a los dos fiscales, que presentaron ayer un escrito extenso con explicaciones de por qué tenían en su poder un archivo con detalles de 26 civiles que protestaron contra le megaminería. También dos comisarios fueron llamados a indagatoria.

El episodio ocurrió hace un año, con la Agencia Federal de Inteligencia bajo el mando de Oscar Parrilli. El entonces jefe de la AFI se comunicó con las víctimas del espionaje y negó que el agente hubiera actuado por órdenes suyas. Luego, la AFI confirmó que el agente revistaba para la inteligencia argentina.

Está prohibido hacer espionaje sobre activistas por su sola condición de tal, que fue lo que ocurrió en este caso, y además, sin orden judicial. El hecho se conoció de manera fortuita, en una audiencia por usurpación de tierras de Benetton en la Patagonia. Allí, la fiscalía ventiló varios documentos que probaban la usurpación, pero no se dio cuenta de que entre ellos había fichas de varios civiles que eran activistas en contra de la megaminería.

El juez federal Guido Otranto inició una causa penal y citó ahora a indagatoria a los dos fiscales Fernando Rivarola y María Bottini, que deberán dar explicaciones. Hay un video grabado por las cámaras de la fiscalía en el que se ve al agente reunido con los fiscales durante 57 minutos. En teoría, el espía había ido a llevarles un pen drive con documentación por la usurpación de las tierras privadas por parte de la comunidad mapuche. Pero entre los documentos había uno que se llamaba “Activistas de la Comarca Andina.doc”, en el que estaban identificados los organizadores de las marchas, que se realizan los 4 de cada mes.

Estas movilizaciones surgieron en 2002, cuando en Esquel se descubrió un yacimiento de plata y oro y una empresa canadiense se mostró interesada en explotarlo. 

“Cuando nos pusimos a averiguar descubrimos los daños de la megaminería y empezamos a marchar todos los 4 de cada mes. A veces van cien personas, a veces crece hasta más de 4 mil, de los 40 mil habitantes que somos en Esquel”, explicó el abogado Osvaldo González a PERFIL, que defiende a las víctimas de espionaje: él también fue fichado.

“Parrilli nos dijo en ese momento que la presidenta Cristina Kirchner estaba muy preocupada por lo que había pasado, y que de ninguna manera ellos lo habían ordenado. Por lo que, en teoría, el agente actuaba por su cuenta. Pero nosotros creemos que toda la comunidad de inteligencia estaba sacando información sobre nosotros”, explicó González.