POLITICA
crisis entre los troskistas

Una peculiar organización interna en el PO expuso el enfrentamiento con Altamira

El partido está integrado por “círculos” de hasta diez militantes con responsables que reportan a una estructura piramidal. El fundador pidió formar una línea interna propia.

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Peleados. Altamira y Pitrola, dos de los referentes del Partido Obrero. Hoy quedaron enfrentados. | cedoc

El conflicto entre Jorge Altamira y un grupo de militantes con la dirección del Partido Obrero dejó en evidencia el peculiar sistema interno de los partidos trotskistas argentinos, que los diferencia de todo el resto de las organizaciones políticas. Aparecieron en el debate palabras como “facción pública”, “centralismo democrático” o “comité central”, términos que integran un complejo sistema de decisión, debate y acción que está en el centro de esta tradición política que en este país prolifera como en ningún otro.

El fundador de Política Obrera, antecesor del partido actual, Jorge Altamira, está enfrentado con la conducción del partido elegida en el XXVI Congreso de la agrupación. Junto a unos setecientos militantes, reclamó ser reconocido como “facción” o “tendencia” luego de que su posición perdiera frente a la que sostienen otros referentes como Néstor Pitrola, Gabriel Solano y la candidata a vicepresidente del Frente de Izquierda, la docente del Suteba Romina del Plá. Según indicaron desde la conducción, la posición defendida por Altamira perdió ochenta a veinte en el proceso que llevó al Congreso que desde hace cerca de 15 años realizan anualmente en el PO.

Para entender qué significa el pedido de facción y como se llega a un Congreso hay que comprender cómo se organiza una organización inspirada en el Partido Bolchevique de Lenin. Más de 3 mil militantes activos del partido (el número total se mantiene en secreto) se organizan en “círculos” o “células” de menos de diez militantes. Suelen estar integrados por cuadros de una misma actividad, estudiantes de una misma facultad o trabajadores de una misma fábrica o rama, por ejemplo. En los lugares donde la organización es más pequeña, se organizan por cercanía territorial.

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Los militantes tienen la obligación de “cotizar”, esto es, aportar a la organización, el 5% de sus ingresos. Pero es algo que está sujeto a excepciones, en casos donde el ingreso es bajo. Cada círculo tiene un responsable “de organización” y “político”, que reportan al resto de la organización y se integran de manera piramidal. Los círculos deben, semanalmente, debatir el contenido del periódico Prensa Obrera, encargarse de cumplir los objetivos de distribución y venta del mismo y, cuando se está preparando con meses de antelación un Congreso del partido, discutir también el contenido del “boletín”. Este es el esquema “ideal” que no siempre se respeta, admiten desde la conducción.

El contenido del "boletín" es secreto y lo deben leer todos los militantes

Esta última publicación es secreta y allí se discute internamente lo que, una vez acordado, debe ser respetado por todos. Ese es el punto central de la idea de “centralismo democrático” nacida en la Revolución Rusa. Antes del Congreso, se publicaron unos trescientos textos con un promedio de 25 mil caracteres. Altamira sostiene que hubo irregularidades en este proceso y que su posición no fue escuchada. Algo que niega la mayoría que no se sumó a su iniciativa de conformar una facción. Más aún, aseguran que solo después de haberse visto fuera de la conducción, eligió discutir de manera pública las posiciones del comité central violando el principio del “centralismo democrático” que admite la idea de facción, pero no de carácter público como demandan los disidentes.

 

Temor al efecto adverso

El PO llega a esta elección como parte del Frente de Izquierda, que en este turno electoral sumó a sus tres socios (PO, PTS e Izquierda Socialista) al MST. En el partido y entre sus socios hay temor al efecto adverso que produzca la disputa que abona el viejo estigma del internismo que afecta al trotskismo. Uno de los spots presentados hoy, pone el acento en el esfuerzo de unificación y busca contrarrestar el efecto de la disputa interna del Partido Obrero. El resto de los partidos han elegido mantener el silencio y guardan sus reproches, que llegarán, para después de octubre. El conflicto, motivó, además, un litigio en la Justicia Electoral, porque la dirección del PO debió pedir la intervención de al menos una rama provincial del partido, la de Tucumán, uno de los distritos donde los disidentes son mayoría.

En 2015, el Frente logró superar el 3 por ciento, en una elección marcada por la derrota de Jorge Altamira frente a Nicolás del Caño en las PASO. Este año, Del Caño volverá a pelear por la Presidencia y buscará mejorar la performance, pese al ruido que genera la interna del PO.