POLITICA
hoy, guzman en el G20

Una quita del 35%, el límite de lo aceptable para los bonistas

Así lo señalan los analistas del mercado. El respaldo del FMI al recorte, sin mucho peso sobre los privados. El valor actual de los bonos puede favorecer el canje.

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Gira. Tras el aval del Fondo a la quita, Guzmán se reune con Georgieva en Riad antes de viajar a Washington. | cedoc

El aval del FMI al Gobierno –dijo que la deuda no es sostenible y que una reestructuración necesitará la contribución apreciable de los acreedores privados– “no ayudará mucho a convencer a los bonistas” de aceptar una quita mayor a la prevista inicialmente en el mercado, según la lectura de la mayoría de los analistas consultados por PERFIL.

Para algunos operadores, un recorte nominal de hasta 20% sobre el capital sería el límite aceptable por los acreedores. El consenso vislumbra que una quita superior al 35% sobre el valor de los bonos es muy difícil que prospere.

Para el financista Christian Buteler, ese respaldo “envalentonará al Gobierno a hacer una postura más agresiva, pero los acreedores no tomarán lo del FMI como palabra santa, no los veo dispuestos a aceptar una quita importante”.

 

El FMI dijo que la deuda "no es sostenible" y le pidió a los acreedores privados que acepten una quita "apreciable"

 

En cambio, Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, evaluó que con ese “espaldarazo” del organismo “los acreedores van a aceptar alguna quita, dado que la apuesta inicial era hacer algo a la uruguaya de conseguir más plazo, pero sin quita, ahora la negociación ya no partirá de cero quita”.

Norberto Sosa, de Invertir en Bolsa, estimó que el sendero trazado por el ministro de Economía Martín Guzmán que prevé alcanzar equilibrio fiscal en 2023 implicaría “una postergación de cuatro años de capital y de intereses, más reducción de cupones a la mitad, con lo cual tendría una quita de valor presente neto de 45%, sin hacer recorte de capital”, y opinó que “con una quita arriba de 35% me parece que costará negociar”.

Consideró además que aunque “haya una estrategia coordinada entre el Gobierno y el FMI puede suceder que un fondo se plante, como hizo Fidelity en la provincia de Buenos Aires”.

Guzmán se reunió con Georgieva este fin de semana en Riad, en el marco de la Cumbre del G20. Después viajará a Washington para seguir negociando.

Alberto Fernández "celebró" que el FMI reconozca la posición argentina ante la deuda

Sobre la táctica conjunta, Ezequiel Zambaglione,de Balanz, especuló que “puede tener el objetivo de bajar las expectativas de los acreedores, arrancar con una propuesta un poco más fuerte de más del 30%, y cerrar con una quita de capital de 20% que sea aceptable, más una reducción de cupón de 150 puntos”. En este sentido, comentó que “por el contacto que tenemos con los clientes de afuera, hay pocos que vean con buenos ojos una quita mayor”.

Default. En sintonía, Diego Falcone, de Cohen SA acordó que “es difícil que prospere una quita mayor al 20% de capital, y un recorte drástico en los intereses, el mercado ya dio señales con el BP21 (de la provincia de Buenos Aires) y (con el primer canje) del AF20 que no está dispuesto a aceptar cualquier cosa”, y comparó que en 2005 y 2010 “las quitas fueron muy superiores, pero ya se había declarado el default, el país crecía y generaba dólares, había salido de la parte más difícil de la crisis, y el Gobierno tenía crédito”.  

Para Miguel Zielonka, de Econviews, “la quita nominal en sí es anecdótica”, lo que hay que evaluar es el valor presente neto, es decir lo que valgan en el mercado los bonos con las nuevas condiciones” de la propuesta que surge de la composición de capital, plazos, y tasas.

En ese marco, explicó que “los bonos hoy valen 45% de paridad, en función de lo que fueron otras experiencias, si lo que se propone es una combinación de esas variables donde los títulos valen entre 60 y 70, creo que gran parte de los bonistas lo aceptarán”.

El dólar cerró al borde de $ 64 para suavizar la devaluación del real

El Banco Central convalidó por séptima semana seguida una suba gradual del dólar oficial. Para la venta minorista cerró ayer en $ 63,98, según el promedio, el valor más alto desde el 25 de octubre, la rueda previa a las elecciones presidenciales. En la semana trepó 25 centavos. Así, el dólar PAIS –con el recargo del 30%– se ubicó en $ 83,19, o sea un alza semanal de 34 centavos. En el terreno mayorista, la divisa finalizó a un nuevo récord de $ 61,84, impulsado por compras oficiales que fuentes del mercado estimaron en US$ 80 millones. En la semana ascendió 38 centavos. El financista Christian Buteler dijo que el BCRA avala la suba para “intentar suavizar el impacto de la devaluación del real” en Brasil Ezequiel Zambaglione, de Balanz, evaluó que una de las razones del deslizamiento del dólar es que si se deja anclado y se atrasa “el problema que se puede tener es que se hacen más atractivas las importaciones, y empezás a tener más demanda de dólares para importar, y se hace menos atractivo para los exportadores vender su cosecha, y podría tener un efecto sobre la balanza comercial y los dólares que podrían entrar al país”.

En cambio, el dólar blue se mantuvo estable en $ 78,80, mientras que el Contado con Liquidación se ubicó en $ 80,57, el menor valor de las últimas cinco semanas. La Bolsa porteña cayó ayer 0,92 en sintonía con el clima global. “El avance del Coronavirus afectó a los principales mercados”, señaló SBS. Los bonos en dólares registraron subas de entre 50 y 75 centavos, revirtiendo la caída de la víspera a causa del comunicado del FMI que evaluó que la deuda argentina no es sostenible y requiere una “contribución apreciable” de los acreedores. En la semana, acumularon una baja de 1%.