POLITICA
El juicio a Von Wernich

Velasco, un testigo clave

Será trascendental en el juicio que se realizará contra el ex capellán de la Policía Bonaerense. Durantes las charlas que ambos mantuvieron, Von Wernich llegó a burlarse de Velasco porque "tenía los pelitos quemados por la picana".

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La importancia del testimonio de Luis Velasco será trascendental para el desarrollo del juicio que a principios de año judicial se realizará contra Von Wernich. Por su fluidez para referirse a los hechos vividos durante su desaparición forzada en los Centros Clandestinos de Detención y por la calidad de sus palabras.

En el libro Maldito tú eres, El Caso Von Wernich, Velasco relata de qué manera conoció al capellán de la Policía comandada por Ramón Camps en plena dictadura militar. Durante las extensas charlas que mantuvieron Von Wernich y Velasco, el sacerdote se burló del detenido porque “tenía los pelitos quemados por la picana” o lo obligó a quitarse la venda de los ojos para que lo mirara a la cara. Además, lo sometía a él y a sus compañeros de celda a largos interrogatorios –siempre de forma muy amable, ya que para las torturas estaban los miembros de las fuerzas de seguridad- durante los cuáles les extraía información precisa.

Velasco también fue testigo de las motivaciones de Von Wernich. En esas largas charlas, el sacerdote le explicó que los detenidos “tienen que pagar por sus actos contra la patria. Ustedes le han hecho mucho daño al país con sus bombas, sus atentados [...] El dolor es una forma de redimir el mal que hay en uno. Ustedes tienen que abrazar su cruz, así como Jesús, por otros motivos. Porque el mal se cura con el castigo...”

Además, el relato de Velasco es importante porque demuestra que el sacerdote estaba al tanto de las maniobras de apropiación de menores, ya que cuando Héctor Baratti, uno de sus compañeros de celda, le preguntó por su bebita nacida en cautiverio, Von Wernich respondió cortante: “La culpa es de ustedes. Y los hijos pagarán las culpas de sus padres”.

Tras recuperar la libertad, Velasco volvió a ver a Von Wernich, ya que una extraña relación de parentesco los unía. En una mesa de café, le preguntó qué se sentía cuando se veía torturar a alguien. El sacerdote lo miró y respondió: “Nada, absolutamente nada”, como dando a entender que había estado presente en sesiones de torturas a detenidos-desaparecidos. Es por estas cosas, que el testimonio de Velasco es fundamental, sobre todo, si está dispuesto a declarar con valentía como acaba de afirmar.

(*) Autor de Maldito tú eres, el caso Von Wernich, Iglesia y represión ilegal