POLITICA
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Venezuela: quién es el argentino invitado por la oposición que se ganó el repudio del chavismo

Alvaro De Lamadrid es abogado y dirigente radical. Por sus críticas al régimen, lo repudian en redes sociales. Tiene que movilizarse con guardaespaldas.

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Alvaro De Lamadrid | Cedoc

La crisis en Venezuela crece día a día y la violencia se apoderada de las calles. Marchas a favor y en contra del Gobierno, enfrentamientos entre oficialistas y opositores, heridos, muertos, represión, son las fotos que captan hoy la agenda periodística del país caribeño.

En medio de ese descontrol suscitado por el autoritarismo, Alvaro De Lamadrid, abogado y dirigente de la Unión Cívica Radical que fue invitado por María Corina Machado, uno de los principales cuadros opositores al régimen chavista y líder del partido Vente Venezuela, recorre las calles de Caracas en una camioneta blindada y custodiado por Diego, un guardaespaldas argentino experto en combate y entrenado en lectura fácil y rápida de situación de calle para evacuarlo en caso de ser necesario. 

“La situación está muy complicada. La ciudad está en llamas”, dice. “Se escuchan tiros por todos lados y la tensión por las marchas que pasaron y por las que vienen (hoy y el viernes se harán dos nuevas movilizaciones masivas), han aumentado el nivel de violencia y la represión por parte del Estado”, comenta De Lamadrid en diálogo con PERFIL

Tan grave es la situación en Venezuela
que, “por seguridad”, según él cuenta, no puede “hablar mucho hasta que llegue al hotel”. “El lunes estaba en la marcha junto a los militantes de Corina y nos reprimieron. Muchos logramos escapar pero hubo más de 20 heridos”, relata.

Lo que motivó la invitación por parte de Machado y de otros dirigentes de la oposición venezolana (Voluntad Popular, la esposa de Leopoldo López, Liliana Tintori, y Primero Justicia, de Henrique Capriles), para que hoy De Lamadrid sea el único político argentino que presenció la Asamblea Nacional fue el libro “La década enterrada. Cristina, las valijas y el plan mesiánico para volver”, que hace un año publicó junto a Editorial Planeta.

“En la Argentina kirchnerista como en la Venezuela chavista de Maduro y en la Colombia en mano de las FARC, se llevó adelante una red continental de hipercorrupcion política, cuyas implicancias permanecen hoy ocultas y se resumen en dos palabras: lavado de dinero y narcotráfico”, consideró el dirigente radical, conocido en los medios por ser uno de los promotores de las denuncias contra el matrimonio Kirchner.

“La Venezuela de hoy, con su violencia política desmadrada, la inseguridad jurídica generalizada y su corrupción enraizada en todos los estratos sociales, nos muestran el destino al que el Kirchnerismo nos conducía en el futuro inmediato”, disparó ya desde la tranquilidad de su habitación. 

Los recaudos recomendados por su custodio son necesarios. La presencia del argentino generó una gran atención en los medios venezolanos a tal punto que, luego de una entrevista que él dio a un portal local, “grupos oficialistas organizaron una especie de escrache en todas las redes sociales”, dice. 

¿Que le valió esto? Ligar al chavismo con el kirchnerismo al hablar sobre narcotráfico y la famosa valija de “Guido Antonini Wilson”, el empresario venezolano-estadounidense que viajó en un vuelo privado contratado por Enarsa y que portaba en su maletín 800 mil dólares (caso que reabrió la Corte Suprema en diciembre de 2016).

El “Plan Zamora”. “El pueblo venezolano está dando en estos momentos una lucha abierta y directa por su libertad y dignidad”, reflexionó De Lamadrid al hablar sobre una de las mayores preocupaciones que tienen los venezolanos que es el Plan Zamora. La iniciativa con la que el gobierno chavista insiste desde hace un tiempo fue analizada en la reunión que el único político argentino mantuvo con la oposición venezolana previa a la Asamblea Nacional.

Básicamente consiste en quitarle el fuero civil al ciudadano común y juzgarlo en la jurisdicción militar, hecho que facilita que las personas civiles tengan causas sin el debido proceso y se los encarcele incluso por acusaciones graves como traición a la patria o delitos que pueden desencadenar en el fusilamiento. “Es mucho más fácil poder callar al que piensa distinto”, aseguró.