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Viaje al interior del espionaje tucumano

Cómo funciona el D2, eje de la polémica por las denuncias de inteligencia ilegal.

El gobernador Alperovich y la sede central del D2.
| Cedoc

Hay una anécdota que se repite en Tucumán. Todo aquel que entre a la oficina del gobernador, José Alperovich, debe dejar los teléfonos celulares en un canasto. Aunque se trate del funcionario más leal de la provincia. El mandatario tiene terror de grabaciones y escuchas ilegales. Sirve de ejemplo para entender sobre el Departamento de Inteligencia Criminal, popularmente llamado "D2" en Tucumán.

Su nombre oficial es Departamento de Inteligencia Criminal, aunque, según las denuncias de la oposición, "de inteligencia contra el crimen no tiene nada", ya que "en realidad funciona como un centro de espionaje ilegal contra sectores políticos, sociales y sindicales".

Cuano uno camina por la capital y se acerca a manifestaciones, los vehículos sin identificación con personas tomando fotos y filmando a quienes protestan están a simple vista.

La sede del D2 funciona en un terreno que aún pertenece al Estado nacional, donde antes estaban las estaciones del ferrocarril. Si uno observa desde la vereda, no hay ningún cartel o señal de que allí funciona un departamento policial. Adentro abundan autos sin patente y una amplia, pero en mal estado, oficina de reunión. Luego hay oficinas donde trabajan policías de civil, según pudo constatar este portal.

"Es una dependencia que se remonta a la época de la dictadura, arrancó con (Antonio) Bussi. En el juicio de Lesa Humanidad que se lleva a cabo en la provincia hay referencia a esa dependencia policial que se denomina D2", señala a Perfil.com el senador nacional José Cano, quien realizó la denuncia ante la Justicia para tener acceso a información sobre esta dependencia.

"No podemos saber que personal tiene, los recursos económicos y las funciones. Lamentablemente hacen inteligencia política", argumenta el legislador quien explicó que los empleados del D2 "tienen presencia activa en bares céntricos, donde hay actividad poloítica, son burdos como se manejan", agregó el radical.

Este portal intentó comunicarse con el gobernador Alperovich, y con su ministro de Justicia, Jorge Gassenbauer, pero no obtuvo respuesta. Sin embargo, el gobernador ya había señalado a medios provinciales que "es tremendo lo mentirosos que son, desmiento totalmente eso, totalmente. Jamás en mi vida he dado una orden de que se persiga a políticos o a gremialistas".

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(*) De la redacción de Perfil.com.