POLITICA

¿Y si otro atentado se repite?

La investigación no sólo no llevó justicia. Tampoco nos permitió prepararnos para evitar en el futuro hechos similares.

Si los fundamentalismos terroristas tienen ventajas estratégicas, la forma que tienen los gobiernos de acortar dicha ventaja es aprender del terrorista.
| Cedoc.

La muerte del fiscal especial a cargo de la investigación para esclarecer el tremendo acto de agresión externa que sufrió la Argentina el 18 de julio de 1994 –el atentado a la AMIA– confirma, por un lado, la percepción internacional de que el Estado argentino es incapaz de determinar oficialmente quién lo hizo, cómo lo hizo, y por qué fue objeto de una agresión terrorista, e implica, por otro, que el Estado argentino no se encuentra preparado para prevenir y responder a este tipo de hechos. La noticia sobre la muerte de Nisman, al tiempo que ocupa un importante espacio en los medios de prensa internacionales, trae a la superficie aquella percepción y esta implicancia.

En efecto, la mayor crítica que puede realizarse al Estado argentino no es no haber evitado el atentado terrorista. De hecho, en los últimos veinte años se sucedieron atentados terroristas en ciudades de todo el mundo, sea desarrollado o en vías de desarrollo. En el conflicto asimétrico que plantea el fundamentalismo terrorista, estos conservan tres recursos que le confieren una inestimable ventaja estratégica: eligen el lugar, el momento, y el modo de agredir. Por ello, no es la fatal incapacidad de prevenir aquel hecho la mayor crítica al Estado argentino.

Por el contrario, la mayor demanda que el pueblo argentino y la comunidad internacional tienen para hacer al Estado argentino es su incapacidad manifiesta, sostenida a lo largo de veinte años, para dilucidar quién pergeñó, financió y ejecutó el acto de terrorista, cómo se perpetró el atentado, y por qué se eligió a la Argentina para dicha agresión.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Si los fundamentalismos terroristas tienen aquellas ventajas estratégicas, la forma que tienen los gobiernos de acortar dicha ventaja es aprender del terrorista. Al dilucidar “quién, cómo, y por qué”, las instituciones aprenden de la operatoria de los terroristas, se adaptan para identificar los factores de riesgo que permiten advertir la preparación de un atentado, toman medidas de prevención para dificultar la preparación de un acto terroristas o para obligarlos a exponerse de modo tal de intervenir antes que el acto se lleve adelante, entre otras cosas.

Por caso, luego de los atentados del 11 de septiembre, la mayor virtud del sistema de defensa, seguridad, e inteligencia norteamericano es haber dilucidado qué y cómo sucedió, para aprender en qué fallaron, y entonces tomar las medidas correctivas y preventivas que eviten otro hecho igual. Mal se puede corregir lo que no se sabe qué falló.

Por ello, el lamentable derrotero al que los gobiernos de Menem, la Alianza, y los Kirchner llevaron en estos veinte años a la investigación del acto de agresión externa que sufrió la Argentina, no sólo no llevó justicia a las víctimas, el pueblo argentino, y la comunidad internacional. Tampoco nos permitió prepararnos para evitar en el futuro hechos similares. Esta es la convicción que la comunidad internacional tiene sobre la Argentina.

 

(*) Politólogo. Especialista en seguridad. Fue Ministro de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.