PROTAGONISTAS
una metamorfosis de Sra. de boudou a aman ullasha

Cómo son los días de meditación de Kämpfer en un templo hindú

Esta es su tercera visita, y la segunda al mismo ashram de Osho. Allí, la ex del vice oficiará de “facilitadora espiritual” a otras personas.

Tranquilidad. Agustina Kämpfer, el año pasado, al salir de una meditación grupal. “Un paraíso”, dijo sobre este lujoso resort.
| Cedoc Perfil

Volví a mi lugar en el mundo. Volví a encontrarme, a llamarme Ullasha. Estoy feliz! Mando abrazos tántricos desde acá!”. Así se expresó por Facebook apenas unas horas después de haberse instalado en la India.

Luego de la ruptura con Amado Boudou, Agustina Kämpfer tomó sus cosas y abandonó el piso de Madero Center donde vivía con el vice. Fue a fines del año pasado, y muchos se preguntaron: ¿adónde se fue a vivir? La realidad es que, más allá de una propiedad que tiene en el barrio de Palermo, la dirección actual, el “aquí y ahora” de la Colorada, es mucho más distante y tiene un solo nombre: India.

Desde allí Kämpfer mandó saludos tántricos. Con este tercer viaje, deja claro que ése es su lugar en el mundo. Tal como adelantó PERFIL, la ex novia de Boudou estará alrededor de dos meses en India, y esta vez tendrá un condimento especial: Agustina viajó invitada a dirigir un ciclo de meditación. A diferencia de las veces anteriores, en esta ocasión será ella quien hará de “facilitadora” espiritual a un grupo de personas

Agustina se encuentra en este momento en el Osho International Meditation Resort, el centro que el gurú de los famosos fundó en 1974, cuando aún no era tan conocido mundialmente. Ayer, Kämpfer escribió una reflexión en su cuenta de Facebook luego de la muerte de una persona que se encontraba en el lugar. “Nos enteramos por los carteles que anunciaban la Death Celebration (Celebración de la Muerte) en honor a su existencia”, contó la pelirroja, quien tuvo que suspender, en su caso, el taller de Conciencia Tántrica. “Nos juntamos en la puerta de la pirámide central, el Osho Auditorium. Subimos y bailamos alrededor del cuerpo cubierto de flores (...) Saltamos, aplaudimos, vivamos, reímos como locos. Luego se hizo la procesión hacia el crematorio al aire libre, a orillas del río, para tirar sus cenizas. (...) ¡Qué suerte la de Deva! ¡Cómo me gustaría una muerte así! “, agregó.

Ubicado en Pune, una ciudad de la costa oeste, es uno de los más grandes y famosos de estos centros espirituales. Allí, todos sus concurrentes deben usar túnicas de igual color y poseen una credencial para ingresar. Agustina lleva la suya, con un código y su nombre espiritual: Aman Ullasha. El lugar se encuentra en una zona residencial donde hay varias casas de embajadores, aunque, según cuenta a este diario alguien que estuvo en el mismo resort, con sólo caminar unas cuadras ya se puede ver a niños pidiendo limosna.

El templo ofrece confort y naturaleza a veinte minutos en avión desde Mumbai (ex Bombay). Posee pisos de mármol y está rodeado de edificios negros. Aquí –el lugar tiene más de sesenta habitaciones, todas con las comodidades de un hotel– los alumnos conviven bajo el mismo techo que sus maestros. Es así como cientos de realidades y personas de todo el mundo conviven durante un tiempo.

“Caminando por el lugar te cruzás con gente en estado contemplativo, pero también podés ver a otros bailando o tal vez toparte con alguien que por alguna razón rompió en llanto en un pasillo. Es muy fuerte”, agrega el testigo. “Es como el paraíso”. Así lo definió Kämpfer cuando regresó el año pasado de su primera estadía en el resort.

Pero este año, las cosas serán distintas: al ser facilitadora, cambiará –por momentos– la túnica bordó por la negra. Será ella quien llevará adelante algunas de las meditaciones que se realizan dentro de la enorme pirámide negra. Sin embargo, aquí no hay divisiones. Como en casi todo en estas corrientes del hinduismo, existe una base: el voluntariado. Las tareas se dividen, el alojamiento muchas veces es compartido y el costo es bajo. Aunque existe una categoría cinco estrellas: cuesta alrededor de 300 dólares.

El camino del Om
Hace ya varios años que Agustina Kämpfer se acercó al hinduismo y las técnicas de meditación. Ya son tres, de hecho, las veces que viajó a la India para poder intensificar su rutina. Sin embargo, a fines de 2014 parece haberse conectado aun más con este cable a tierra. Fue precisamente a mediados del año pasado, cuando la relación con su ex pareja, el vicepresidente Amado Boudou, comenzaba a ser un hecho, que ella maduró la idea de volver al centro de Osho. Una vez que fue pública su separación del vice, a mediados de noviembre pasado, Kämpfer fue invitada al evento Buenos Aires OM.

En el marco del Festival de la India en Buenos Aires, no dudó en ir y practicar yoga junto a otras personas en los Bosques de Palermo. Luego de compartir la clase, en la que estuvo junto a Matías Von Rentzell, primer profesor de yoga con síndrome de Down del mundo, recibió un obsequio indio tradicional de manos del embajador, Amarendra Khatua.