PROTAGONISTAS
tras Un romance de diez aos

Con una boda “estilo escocés”, se casó ayer el tenista Andy Murray

Amor. Murray, chaqueta y tradicional kilt, con su novia Kim Sears.
| AFP
Este sábado la ciudad victoriana de Dunblane, de apenas diez mil habitantes, se vistió de gala. Comercios, restaurantes y demás locales decoraron sus vidrieras para la ocasión y vendieron objetos personalizados. Incluso, muchas de las calles aledañas a la catedral lucieron enormes arreglos florales y fueron cortadas debido a la aglomeración de curiosos y fans. El evento lo ameritaba: fue lo más parecido a una boda real que vio esa ciudad escocesa. Y no era para menos, el tenista Andy Murray dio el “Sí, quiero” con la “primera dama del tenis”, Kim Sears, su novia desde hace diez años. Y para eso eligió volver a su ciudad natal y celebrar con una boda tradicional escocesa.
De hecho, el novio llegó a la catedral vistiendo un traje con la característica kilt, es decir la pollera típica de Escocia. Por su parte, la novia, sonriente como nunca, arribó en un auto plateado y luciendo un vestido con volumen, pedrería y mangas tres cuartos.  Se trató de una ceremonia romántica y cuidada hasta en el último detalle. Y sobre todo pequeña, sólo para familiares y un grupo de amigos.
A la salida de la catedral, con la tradicional música de gaitas de fondo, Murray y Sears –ambos de 27 años– fueron ovacionados por los fans del tenista. Y éste, feliz, respondió con un saludo. Luego de las manifestaciones de cariño y una lluvia de pétalos,  los recién casados y sus invitados se trasladaron al Hotel Cromlix House, una mansión victoriana construida en el siglo XV que el tenista convirtió en 2013 en un hotel cinco estrellas , y que los novios escogieron para la recepción. Allí se sirvió un menú diseñado por el chef Michel Roux Jr. pero supervisado por el tenista, quien además tenía bajo su órbita la elección de la música.
Sears y Murray se conocieron en 2005 gracias a que el padre de ella, Nigel, es entrenador de tenis. Y en 2008 se fueron a vivir juntos.
Ella fue apodada la “primera dama del tenis” luego de que Murray “recuperara el honor” de los británicos  al ganar el tradicional torneo de Wimbledon después de casi ocho décadas que uno no lo hacía; el último había sido Fred Perry, en 1936. Ella se educó en un prestigioso colegio, West Sussex, y siempre se destacó en arte y en interpretación.  Al graduarse decidió estudiar literatura inglesa en la universidad de Sussex. En esta etapa de la vida se dedica a retratar mascotas. Por su estilo, es una de las mujeres de tenistas de elite más elogiadas y fotografiadas.