PROTAGONISTAS
estrategia televisiva

Daniel Vila dice que no seguir a Tinelli en su pantalla finalmente fue positivo

El dueño asegura que el canal no se “alimentará” del “Bailando...” y que lee los libros de Lanata aunque no le gusta en TV porque cambió credibilidad por rating.

Seguro. Vila, el viernes pasado, en su tríplex de Palermo: “Somos el único canal que hace periodismo con pluralidad de voces”.
| Nestor Grassi

“Todos vivimos de Tinelli en algún momento”. Sentado en la oficina que tiene en su casa del barrio de Palermo, Daniel Vila hace la confesión. A un día que vuelva el tanque de ShowMatch, el dueño de Grupo Uno, el multimedio que tiene América, se reincorpora sobre el sillón, infla el pecho y dice a PERFIL: “Desde hace tres años tomamos una decisión empresaria: no reflejar lo que pasaba con Tinelli. No fue fácil hacérselo entender a los periodistas por el tema del rating, pero fue una decisión que dio sus frutos a largo plazo”.

—¿Y con la vuelta de Tinelli mantendrán esa política?

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

—Sí, él hará su gran show, es un enorme conductor, pero nosotros tenemos la obligación de hacer contenido propio.

—Hace unas semanas, Ideas del Sur levantó a Moria Casán diez minutos antes de salir en “Intratables”. ¿Cómo tomó ese signo de poder?

—Fue un hecho menor. Pero me sorprendió que Moria, teniendo tanta personalidad, se fuera.

—¿En qué lugar piensa que está Tinelli parado este año? Su programa sale de un canal opositor al Gobierno, a través de su ex productora ahora comprada por el empresario kirchnerista Cristóbal López. 

—Tinelli es Tinelli y tiene la cintura suficiente para manejarse. Hará lo que su talento e instinto le diga; él no es un hombre de la política. El hecho de que esté en un canal opositor y trabaje para una productora afín al Gobierno no lo va a condicionar.

—Pero convengamos que se codea bastante. ¿Qué lectura hace de su frustrado intento con el Fútbol para Todos?

—El no se acercó al Gobierno, se le presentó un negocio que luego no se le dio y salió a putear a quienes entendió que lo pudrieron. El enojo mayor de él fue que lo entusiasmaron con algo que estaba buscando.

—¿Qué le pareció el regreso de Jorge Lanata?

—Vi sólo la imitación que hizo Oggi Junco de (Jorge) Capitanich. Me parece bien el humor en la política, pero creo que tiene que haber un límite. Si uno lo corre, no sabés dónde quedás parado.

—¿Piensa que este año él podrá mantener el rating que tuvo en 2013?

—Seguramente va a mantener un nivel respetable de audiencia. Seguirá con sus investigaciones periodísticas que hace siempre, las llenará de todo ese glamour que le pone. Creo que desde hace
tiempo, él sacrificó credibilidad por rating.

—Hace poco realizó la décima edición de la Vendimia Solidaria, donde hubo varios políticos con sus mediáticas mujeres. Por un momento, tuvo cierto aire noventista...

—(Interrumpe) ¿Qué culpa tengo yo que la mujer de (Martín) Insaurralde sea Jesica Cirio y la de Martín Redrado, Luciana Salazar? Tal vez llamó la atención Luli Salazar, no fue muy vestida para la ocasión.

—Se conoce su amistad con Sergio Massa. Es uno de los presidenciables para las próximas elecciones, ¿lo votaría?

Sí, lo votaría...

—Massa estuvo desfilando por América. ¿No piensa que esta relación que tiene con él perjudica la credibilidad periodística del canal?

—La presencia de Sergio en América no es un tema que decida yo, tiene que ver con la decisión de los productores de los programas que lo quieren tener  y con el rating. Sergio va a los programas y es el señor rating, hace ¡pum! El canal ha sido equilibrado y sé distinguir mis relaciones personales con mi trabajo profesional.

—Se habló de que Gustavo Sylvestre dejó el canal al ver estos vínculos con Massa. ¿Qué hay de cierto en eso?

—(Se incomoda) La única verdad que existe es que luego de cuatro años en el canal no medía y encima era un periodista caro. Lo aguantamos el último tiempo; él había quedado al final sólo con una columna editorial en el noticiero. Y para colmo empezó a hacer una cosa que a mí personalmente no me gusta: periodismo militante. No podía hacer eso en la radio de donde se había ido y tener la columna política del noticiero.

—¿Y qué me dice entonces de Diego Brancatelli, un confeso periodista militante en el canal?

—Eso tiene que ver con el formato de Intratables, donde hay posiciones antagónicas, Hay un sector de la sociedad que piensa como él.

—¿Tendría otro Brancatelli en la emisora?

—¡No! Con uno me basta...