PROTAGONISTAS
El protagonista de ‘soledad’

El galán italiano que eligió la hija de Macri para su película

Giulio Corso es siciliano y trabaja en cine, teatro y TV. “Cuando vi a Agustina sentí que la conocía desde siempre”, dijo a PERFIL.

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Giulio tiene 28 años. Integró el elenco de Il commisario Montalbano, serie de culto en Italia. Hizo musicales y en febrero último estrenó en teatro El principio de Arquímedes. | G.C.

El primer largometraje de Agustina Macri contará la historia de María Soledad Rosas, una argentina de clase palermitana que terminó en Italia siendo un ícono del movimiento anarquista en los años 90. Su rol será interpretado por Vera Spinetta, quien tiene así su debut como protagonista.

Para darle vida a Edoardo, novio de Vera en el film, Agustina eligió al galán italiano Giulio Corso. Si bien puede ser desconocido en Argentina, cuenta con una larga trayectoria en su país. Su nombre integra los elencos de obras de teatro como la famosa El principio de Arquímedes o musicales como Grease o Rapunzel. Y en 2015 ganó “el Oscar italiano” del musical como Mejor Protagónico.

Durante los últimos años pasó a la televisión, donde realizó varias telenovelas, y Soledad –de Agustina Macri– es su quinto proyecto cinematográfico. PERFIL se comunicó con él para conocer detalles de la filmación y de su relación con la hija del Presidente.

—¿Qué te generó filmar esta película?

—Ha cambiado mi manera de pensar. Durante todo el proceso se fortaleció mi sentido de justicia y mi deseo de libertad.  

—¿Conocías la historia de Soledad Rosas?

—No la conocía. Cuando los hechos reales ocurrieron yo era un niño pequeño. Sin embargo, pude estudiar su vida y me di cuenta del terrible capítulo negro de nuestra historia contemporánea. También conocí la historia de una chica que se volvió una revolucionaria.

—¿Qué aprendiste de tu personaje Edoardo, el novio de Soledad Rosas?

—El fue un anarquista, quizá podamos decir que fue uno de los más puros. Antes de entender quién fue, tuve que aprender qué significa esa ideología. Tuve que procesar que ser un anarquista es respetar la vida, la libertad y conocerse a uno mismo para proteger a los demás. Edoardo, también conocido como Baleno, vivió en base a esos principios y libró una batalla individual en un Estado que él no reconocía como tal. La verdad es que no conocemos mucho de su vida. Hay muy pocas fotos suyas y en ellas parece mostrarse como dos personas bien distintas. Amaba su vida privada y logró mantenerla, cosa que le envidio bastante.

—¿Qué hiciste para poder representar de la mejor manera posible?

—Descubrí varias cosas sobre él a través de relatos de personas que lo conocían. Durante seis meses seguí una estricta dieta vegana, sin alcohol ni café. Al final sentí que mi cuerpo tomaba la forma del hombre que estaba representando. Necesitaba tener la misma disciplina que él tenía y si bien no hay líderes en el movimiento anarquista, él fue un buen ejemplo.

—¿Cómo fue tu relación con Agustina Macri?

—La primera vez que la vi tuve la sensación de conocerla desde hace mucho tiempo. Fue suficiente mirarla a los ojos para reconocer en ella el carácter de una buena directora. Sabía que durante la filmación nos llevaríamos bien, como si fuésemos camaradas. Ella me ayudó a entender qué significa ser responsable de un grupo y siempre confió en mí. Nunca tuve la sensación de haber nacido en dos países diferentes. Al contrario, siempre creí que éramos ciudadanos de un mismo mundo que se habían unido para contar una historia que debía ser contada.

—¿Cómo se enteró que era la hija del presidente argentino?

—Ella me lo contó. Igual eso no cambió nuestra relación laboral y como personas.

—¿Y con Vera Spinetta?

—Ella nació para llevar adelante su papel. En sus ojos se puede ver la fuerza de una revolucionaria. La respeto mucho. No podría haber pedido por una pareja tan sincera y extraordinaria. Al final de la filmación hablábamos entre nosotros una lengua que combinaba el castellano con el italiano. Juntos contamos una historia muy dolorosa y nos dimos mutuamente la fuerza para poder hacerlo; algo que es bastante raro que suceda. El amor entre Soledad y Baleno no tenía límites, era puro, extremo, impulsivo y eterno.

—¿Conocés Argentina?

—No,nunca estuve allí. Quizás tenga una oportunidad para conocerla en el lanzamiento de la película. Creo que con la cantidad de lugares para conocer en Argentina mi paso serán unas largas vacaciones. No puedo esperar para descubrirla.

—¿Recibiste recomendaciones de Agustina o Vera?

—Durante los días en el set pude descubrir el famoso mate del que había oído hablar mucho. Me gustó y fue mi primer acercamiento real a vuestra cultura. Ahora sólo tengo que ir y empezar por Buenos Aires. Tengo una nueva familia en ellas y ansío mucho volver a verlas.

—¿Te gustaría volver a trabajar con ellas?

—Sería extraordinario. También con el resto del equipo. Pero sé que es complicado debido a que nuestro trabajo está fuertemente conectado a la historia que estamos contando.

—¿Estás contento con el resultado de la película?

—Sí, es muy emocional y le habla directo al corazón del espectador. Es un viaje a través del cambio radical que realizó una joven para convertirse en una campeona de la justicia y el amor. No conocí  a Soledad pero después de ver la película sufrí mucho por lo que le hicieron en mi país.

 

Polémica antes del estreno

María Soledad Rosas nació en 1974 en Palermo. En 1997, al terminar la carrera de hotelería, viajó a Europa y en Turín descubrió la Federación Anarquista y allí también a Edoardo. Se enamoraron, militaron y fueron de los jóvenes que tomaban casas abandonadas. En 1998, los detuvieron en una redada, hubo un juicio y, como detallan las notas de la época, el Estado quiso con ellos dar un ejemplo de orden. Edoardo fue a la cárcel y allí se suicidó. Y Soledad, presa en una “granja de recuperación”, también. Ambas muertes generaron masivas manifestaciones y ellos se convirtieron en un símbolo de libertad. Vera Spinetta –Soledad en el filme– posteó el afiche y se armó polémica: criticaban que una Macri “lucrara” con la historia. Y Vera respondió: “No me molestan las opiniones, pero se está poniendo picante y no entiendo por qué. La película fue hecha honrando la memoria de Sole, de Edo y del movimiento anarquista. Agustina es una persona independiente de su padre, así como yo también lo soy del mío. No hay lucro, esto es cine (...) Tratemos de no meter a todos y todo en una misma bolsa. Hicimos una película amando la ideología, la convicción de Soledad. Intentemos corrernos del lugar obvio de juzgar siempre”.