“Hice pública mi relación porque quiero preservar mi dignidad, ser libre y aceptada”

“Pasamos por París, en esa ciudad, la más romántica, compramos dos alianzas y nos las intercambiamos. ¡Y lo hicimos en medio de aquella enorme marcha contra el matrimonio gay! Y luego fuimos a la iglesia del Sagrado Corazón ya que las dos somos católicas. Rezamos y pedimos protección. Luego de eso llamamos a nuestras familias para contarles la novedad. No oficializamos nuestra relación porque por el momento no tenemos necesidad de hacerlo. Pero si se pudieran resolver cosas como, por ejemplo, la herencia, nos casaríamos. Es importantísimo tener un marco legal que permita el casamiento gay, así todo el mundo estaría más protegido.” Con esas palabras dichas a la revista Veja, Daniela Mercury oficializó esta semana su relación con Malu Verçosa. Palabras que en su desencadenamiento derraman la firmeza y las certezas de una persona que sabe bien lo que quiere. Palabras que, además, están lejos de ser vacías, porque cuando menciona “una marcha contra el matrimonio gay” se refiere a la que se realizó el 14 de enero en Francia y a la que muchos catalogaron como la mayor protesta de la derecha francesa en treinta años. Se habló de hasta 800 mil manifestantes, y en ese marco Daniela y Malu intercambiaron alianzas y sellaron su amor.

Luego, la cantante dio un paso más y decidió hacer pública su relación: subió a la red social Instagram fotos en blanco y negro con su pareja; sus manos con las respectivas alianzas, miradas, sonrisas y abrazos. “Malu es ahora mi esposa, mi familia, mi inspiración para cantar”, escribió debajo del collage. “Hice pública la relación porque quería tener mi dignidad preservada. Como todo el mundo, quiero ser aceptada, ser libre y respetada. No soportaría vivir escondida, tener miedo de los chismes. Y ésta es la única manera de tomar esto como algo natural, que de hecho lo es”, explicó la cantante a Veja. También se ocupó de su círculo íntimo. “Hablé con toda mi familia, uno por uno. Mi papá me llamó y me preguntó: ‘¿Hija, no es un poco tarde para vivir esta relación?’. Le respondí que no y le pregunté si quería conocerla. Me respondió que no entendía nada pero que me amaba. Mi hija de 15 años me preguntó si estaba feliz y le dije que sí. Después de que Malu y yo subimos las fotos a internet me mandó un mensaje: ‘Estás causando mucha confusión’; y después me escribió: ‘Están muy lindas’.”

La cantante tiene dos hijos fruto de su primer matrimonio con el ingeniero electrónico Zalther Portela Laborda Póvoas: Gabriel, de 28 años, y Giovanna, de 27. Y ya es abuela. El matrimonio con Póvoas duró desde 1984 hasta 1996. En 2009 se casó con el publicista italiano Marco Scabia y se separó el año pasado. Con él adoptó a una niña de 3 años, Ana Isabel, y tiene la custodia definitiva de otras dos niñas de 12 y 15 años, Analice y Marcia. Sólo sus relaciones sólidas fueron públicas. “Ya había vivido otras relaciones homosexuales. La primera vez fue en 1991. Pero la relación más seria fue con una mujer con la que estuve antes de casarme con mi ex marido. Con ella no asumí públicamente la relación. Vivía con miedo a los paparazzi. Aunque nunca lo negué; los que estaban a mi lado lo sabían. Lo mismo con otros hombres. Sólo hablé cuando las relaciones eran sólidas.” Y Malu cumplió con los requisitos para ser oficializada. Es periodista y editora en jefa de la TV Bahia y presentadora del programa CBN Salto Alto y salen hace tres meses. Cuando le preguntan qué le gusta de Malu, Daniela responde: “Su firmeza, su ética y su personalidad fuerte y segura”.

Apenas blanquearon su relación recibieron cuatrocientos comentarios. Buena parte elogiaba la “valiente” actitud; también hubo de los réprobos. Por su parte, los famosos en Brasil no opinan sobre sus colegas, y la prensa tampoco les pregunta porque lo consideran de mal gusto. Igual, a Daniela le importa poco eso. “Cuanto más se habla de las relaciones homosexuales, más natural se va a tornar para otras personas. Y cuando hablan en contra más fuerza me da. Quiero ayudar a que el amor entre dos personas, sin importar su sexo, sea tomado como algo natural.”