PROTAGONISTAS
REENCUENTRO FAMILIAR

Juan Zorreguieta, el hermano de Máxima, se casó ayer en Viena

Su mujer, Andrea Wolf, es una joven funcionaria del actual gobierno austríaco. En la iglesia se interpretó el tango Por una cabeza.

Cortejo. La ahijada de Juan, la princesa Alexia (la más alta) y su hermana Ariane,   con canastas con pétalos de rosas blancas.
| Bunte

En una Viena algo calurosa, con casi 28 grados de temperatura, los Zorreguieta volvieron a reunirse ayer para celebrar la boda religiosa de Juan, el menor de los varones, con Andrea Wolf.

Casi todos ellos habían llegado a mitad de semana, menos Máxima, quien recién lo hizo el viernes, después de haber participado con su marido del festejo que en Ouistreham (Francia) se realizó por el desembarco en Normandía. Allí, ambos estuvieron junto a Barack Obama, la reina de Inglatera, François Hollande y otra decena de mandatarios en la conmemoración del sesenta aniversario del desembarco en Normandía que marcó el inicio de la derrota del régimen nazi y el fin de la Segunda Guerra Mundial. Desde allí partieron a Viena y por eso no fueron vistos luego en París, donde el mandatario francés fue el anfitrión de una segunda celebración que se realizó en el Palacio del Elíseo.

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Con el verano en puerta y un sol radiante, el mismo viernes por la tarde, Máxima y sus tres hijas salieron a dar un paseo por las calles de Viena. Según comentaron a PERFIL periodistas austríacos, esta boda alteró en algún sentido el ritmo de la prensa vienesa que, en general, se caracteriza por tener una actitud “prolija” con los integrantes de las monarquías que suelen visitar esa ciudad y algunos centros de esquí. Y el motivo es que Máxima genera curiosidad sumado al hecho de que una joven política de ese país se case con un pariente de la Corona holandesa y, además, argentino. Por eso, el paseo de ella y de sus hijas por la ciudad fue seguido por más fotógrafos de lo acostumbrado.

Por su parte, el gobierno austríaco no puso a disposición seguridad adicional porque como informó en un comunicado oficial, la estadía de la familia real en Viena se encuadra en un asunto
privado.

Finalmente, ayer, un rato antes de las cinco de la tarde, Juan Zorreguieta llegó a la iglesia Serviten junto a su suegra y cuñado, sus padres, sus hermanos –Máxima, Martín e Inés–, y la princesa Beatriz. Antes de la llegada de la novia, emocionado pero relajado, estuvo saludando a amigos austríacos y los que también viajaron desde Buenos Aires.

Una vez que hubieron ingresado todos a la iglesia –decorada con rosas blancas–, la novia bajó de un Mercedes-Benz blanco con su padre y con la música del compositor alemán Johann Pachelbel –Canon en re mayor– y caminaron hasta el altar dando comienzo a la celebración propiamente dicha, que se prolongó por casi una hora y media. Hubo dos lecturas –a los romanos y a los corintios– de Pablo apóstol.  Y hubo detalle “argentino”: habiendo ya realizado el juramento e intercambiado los anillos, la salida de Juan y Andrea fue precedida por el cortejo que formaron las tres hijas de Máxima y Guillermo y, de fondo, una orquesta interpretó Por una cabeza, el clásico tango de Carlos Gardel. Según informó a PERFIL un periodista que cubrió la boda, la elección de esa canción no fue un homenaje al padre de Máxima –como ella hizo en su boda cuando se interpretó Adiós Nonino–, sino una decisión de los novios como símbolo de la unión entre Austria y Argentina ya que para ellos, en Por una... –y en el tango en general– hay algo “mozartiano” en su composición musical. El tango no es una música ajena ni a Andrea ni a sus padres ya que los tres vivieron durante algunos años en Buenos Aires. Fue en ese tiempo cuando Juan Zorreguieta y Andrea se conocieron  y comenzaron a salir.

Terminada la ceremonia, los casi 130 invitados se dirigieron al Palacio Liechtenstein. Hubo un brindis en los jardines donde Markus, hermano de la novia, dio un discurso sobre cómo su hermana y Juan se conocieron que generó carcajadas. Luego ingresaron a unos de los salones para continuar el festejo.

Agradecemos la colaboración brindada para la realización de esta nota de Stefan Blatt, desde Viena.