PROTAGONISTAS
la primera dama portea

Juliana Awada cuenta cómo fue su encuentro con el Papa

Aunque su familia es musulmana, ella es católica. Dice que se emocionó al ver al sumo pontífice.

Bendición. El papa Francisco recibió a Macri y a Juliana Awada. “¿No me trajeron a Antonia?”, les dijo. Y ella no pudo contener las lágrimas.
| Cedoc

Ya había estado alguna vez en el Vaticano. Lo que no imaginaba es que le tocaría recorrer “La Piedad”, a paso tembloroso, y llegar saludar a un Papa argentino. “Estoy enormemente agradecida de haber vivido ese momento”, dice Juliana Awada a PERFIL, quien tuvo la oportunidad de asistir junto a su marido, Mauricio Macri, al momento de la entronización de Jorge Bergoglio, quien, luego de saludar al jefe de la Ciudad, les preguntó: “¿No me trajeron a Antonia?”. En ese momento, Juliana no pudo contenerse y se largó a llorar. “Salvo una vez en la Catedral, nunca había estado con él. Me emocioné, sólo pude decirle que era un orgullo tener un papa argentino, que además ya está marcando una diferencia en el mundo. Todo lo que se dice de él es cierto”, explica Juliana, quien, si bien su padre era de religión musulmana, es católica y sus dos hijas fueron bautizadas.

—Fuiste vestida de acuerdo a protocolo, pero te faltó la mantilla.

—No me pareció acorde. Yo no pertenezco a la realeza ni a una comitiva oficial.

—¿Tuviste oportunidad de cruzarte con Máxima?
—No, llegamos nueve y veinte y fuimos directo hacia donde estaba Bergoglio. Estuve sólo a dos metros de Felipe, el príncipe de España. No hablamos con nadie.

Mamá. Juliana vive con inmensa felicidad la maternidad con Antonia, que ya tiene un año y cinco meses. “La verdad, no puedo pedir más por la familia maravillosa que tengo. Antonia es alegre, graciosa, es lo que se ve. Se nota que es feliz y amada por sus papás. Ella y mi otra hija, Valentina, son mi alegría de vivir.

—¿Te gustaría tener otro hijo?
—No, así como estoy, estoy perfecta (risas), tengo dos hijas divinas. Además, no tengo tiempo de ocuparme de más, soy una mamá que le gusta estar presente.

—¿Cómo viene Mauricio padre?
—Excelente. Ya conocía cómo era con sus otros hijos.

—Y como padre que también podría ser “abuelo joven”, ¿cómo lo ves?
—Me sorprendió porque él tenía muchas ganas de tener un hijo, me lo dijo apenas empezamos a salir y luego me propuso casamiento. Lo que no me imaginé es que iba a tener un enganche tan tremendo con un bebé porque además él me había dicho en un momento: “Yo con los bebés tan chiquitos, no sé... Recién voy a tener tal vez una relación cuando sean más grandes”. Pero se le pasó enseguida, porque apenas nació nunca más la soltó.

—¿Qué cosas hace que te sorprende?
—Antonia llora a la mitad de la noche, él es el que se levanta a verla a la cuna y la pone en la cama con nosotros.

—Vos sos la más chica de cinco hermanos. ¿Ves algo parecido en tu papá, quien te crío siendo ya algo grande?
—Sí, tengo re lindos recuerdos. De hecho me acuerdo bastante de mi viejo últimamente. Tenía una relación muy linda con él de chica. Me hacía el desayuno, me llevaba al colegio. Por ahí Mauricio es más pegote.

—Hace mucho que no se te ve en los eventos sociales. ¿Es por algo especial?
—Voy cuando puedo. Estoy haciendo vida de madre, además también acompaño a mi marido.

—Hablando de eso, ¿te cargan en el PRO con que elevaste la imagen a Mauricio?
—No, no me cargan, pero sí me dicen que nunca lo vieron tan contento, con la sonrisa todo el tiempo y tan feliz.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite