PROTAGONISTAS
creciente apuesta cultural

Juliana Awada respaldó la movida artística local

Recibió en un cóctel en la quinta de Olivos a los representantes de Art Basel. En consonancia, en el CCK y en el Malba, calificadas exposiciones potenciaron el perfil de epicentro cultural sudamericano que se quiere dar al país.

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Anfitriona. Juliana Awada en el cóctel que dio en la residencia para integrantes de Art Basel y gente del negocio del arte local. | casa rosada

La residencia lleva su sello. Finalmente, salvo en la época de Carlos Menem, fueron las mujeres de los mandatarios quienes definieron los lineamientos estéticos de la “la otra casa presidencial”. Como se sabe, Juliana se encargó de decorarla con los colores que más le gustan –blanco, negro, gris y beige–, personal del INTA la ayudó con la instalación y cuidado de la huerta, y salvo la cancha donde se juegan los picaditos semanales entre Casa  Rosada y Ministerios o el “quincho” que se usa para reuniones protocolares varias, el resto es territorio suyo. Por eso, recibe no sólo a amigas para encuentros informales, sino también a alguna invitada internacional que lo amerite, sea la esposa de un vicepresidente, chicos de un jardín de infantes, integrantes de un centro de jubilados, un diseñador europeo como Jean Paul Gaultier o, como sucedió esta semana a la delegación de Art Basel en un cóctel al aire libre, con la piscina adornada con un centenar de fanales y con muchos funcionarios y gente del ambiente cultural local.

Esa organización que realiza sus famosas ferias de arte en Basilea, Miami y Hong Kong vino a Buenos Aires para acompañar el Art Basel Cities, un emprendimiento que si bien dista mucho de ser las mencionadas ferias, sí aporta su nombre para que Buenos Aires desarrolle en un futuro programas culturales a largo plazo. Y con el tiempo se verá cómo se traduce esto en acciones concretas para que artistas locales puedan ser no sólo exhibidos en el portfolio que Art Basel podría ofrecer sino colocar a la venta en el gran mercado internacional sus respectivas producciones artísticas. Como resumió en su breve comunicado oficial Juliana Awada, “es una apuesta a la creatividad de nuestros artistas”.

Arte, arte, arte. Pero la residencia de Olivos no fue el único espacio donde, como diría Marta Minujín, hubo “arte, arte, arte”. Justamente ella acompañó el lanzamiento de la casa donde Art Basel Cities funciona hasta mañana. Por otro lado, el CCK  fue otro ámbito donde se desarrolla Les visitants, una expo montada según la visión de Guillermo Kuitca con obras de la Fondation Cartier pour l’Art Contemporain. Mientras en el Malba, se abrió México moderno. Vanguardia y revolución, la muestra más importante de arte mexicano exhibida alguna vez fuera de ese país. Esta reúne más de 170 piezas emblemáticas de 60 artistas mexicanos. Y con el auspicio de un banco chino tuvo su preapertura.