Lopérfido y Mitre están separados desde hace nueve meses
Aunque lo anunciaron esta semana la decisión la tomaron en abril. Los detalles del divorcio los definieron en enero en Europa. Ella ensaya una obra; él dirigirá una ópera.
Momentos. Mitre y Lopérfido en distinas “escenarios”: en un desfile callejero, en su fiesta de casamiento y en el civil; en el Colón y en Punta del Este. |
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Se terminó el amor. Aunque ellos –por lo bajo–, digan que “van a ser familia toda la vida”, Darío Lóperfido y Esmeralda Mitre pusieron fin a una relación después de 11 años. La noticia trascendió esta semana, pero ambos están separados desde hace nueve meses.
Fue en abril del año pasado cuando Lopérfido se fue de Buenos Aires a Berlín, al ser nombrado por el gobierno de Macri como representante especial para la Promoción de la Cultura Argentina en esa ciudad. Su trabajo requería que viviera en Alemania, una cuestión que no cuajó para la continuidad de la pareja. Según pudo saber PERFIL, Esmeralda viajó en este tiempo un par de veces a Alemania y él solo en una oportunidad a Buenos Aires. Fueron las veces que se intentó recomponer la relación. Pero no se dio. “Recién hace tres meses empezaron a charlar formalmente el tema de la separación”, afirman cerca de la pareja.
Mitre acaba de llegar a Buenos Aires luego de estar un mes y medio junto a Lopérfido en varias ciudades de Europa. Ambos pasearon, tuvieron largas caminatas por París, fueron a ver ópera y se despidieron en los mejores términos. Lopérfido seguirá trabajando en su cargo –formalmente se llama Ministro Plenipotenciario Cultural ante la Unión Europea, con sede en Berlín (Alemania)– por unos meses más. “En junio tiene pensado dirigir una ópera allí”, contó a PERFIL una fuente diplomática. Por eso, es probable que vuelva otra vez a trabajar en el ámbito privado.
Por su parte, Esmeralda ya está con los ensayos de La reunificación de las dos Coreas, de Joel Pómmerat, a estrenarse en junio en la Sala Coronado del Teatro General San Martín, junto a Ana María Picchio y Peter Lanzani.
Está claro: ahora para ambos sus carreras profesionales están por encima de lo personal.
Final. En 2014, después de estar siete años de novios, Mitre y Lopérfido se casaron en la Parroquia Santo Domingo de Guzmán en Acasusso y lo celebraron con una fiesta para 400 invitados en el Tenis Club Argentino. Nada hacía pensar que ambos se separarían.
La última vez que se mostraron en público, antes de partir, fue en el Teatro Colón en la función de La prohibición de amar, la ópera de Wagner inspirada en Medida por Medida de William Shakespeare. Ellos aseguran a sus íntimos que no hubo terceros en discordia, ni de infidelidad alguna. “El desgaste normal después de varios años”, repiten.
Ninguno de los dos quiso dar entrevistas al ser consultados por PERFIL. Según contaron, Lopérfido está completamente de acuerdo con la carta que Mitre escribió hace unos días en su cuenta de Facebook y también en la de Instagram. “Tenemos un vínculo que va más allá de lo definible. Hay un ciclo de cada uno que por el recorrido de la vida se cierra en este momento. Somos y seremos familia para siempre. Seguiremos haciendo cosas juntos como siempre hicimos y más que nunca (…) Son 11 años, y estamos en un momento en que cada uno tenía que hacer su camino. Nadie sabe qué puede pasar el día de mañana. El amor estará siempre, solo cambia de forma o estilo”, escribe Mitre.
En cuanto a los proyectos artísticos juntos, serían llevados a cabo a partir de mitad de año. “Siempre con el tema de vivir en países diferentes”, aseguran cerca de la pareja aunque, la posibilidad de volver estará siempre.
De hecho, Lopérfido tiene otro proyecto laboral que sólo puede hacer en Buenos Aires y que será para los últimos meses de 2018. Tal vez el trabajo los vuelva a unir. “Somos un bloque, una relación que no tendrá definición. Creo que el vínculo es inquebrantable en su profundidad. Lo que Darío decida siempre tendrá mi apoyo intelectual y familiar. Siempre seremos equipo”, finaliza Mitre en su carta.
