PROTAGONISTAS
"CUSTODIO PERSONAL"

"Me gustaría que nos vieran como una pareja normal"

Xavier Giocanti tiene 63 años y es el tercer marido de Christine Lagarde. Primero fueron amigos y 26 años después, pareja. Pasearon por Recoleta como simples turistas y hoy viajan a conocer Cataratas del Iguazú.

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Juntos. Lagarde y su marido al ingresar al Alvear. Se conocieron en 1980, pero recién en 2006 se enamoraron. | silvestro

Christine Lagarde, máxima autoridad del Fondo Monetario Internacional, llegó al país y concentró la atención del universo económico local. Sin embargo, la funcionaria no viajó sola, sino que lo hizo en compañía de su tercer esposo, el empresario marsellés Xavier Giocanti. Si bien se conocieron cuando eran jóvenes, no fue hasta 2006 que comenzaron su relación amorosa.

La agenda de Lagarde en Argentina está marcada por reuniones con políticos, economistas del Gobierno y Macri. De todas formas, eso no le impide disfrutar de Buenos Aires junto a su marido. En su primer día en la ciudad, tras su paso por la Universidad Di Tella, donde realizó una charla con Nicolás Dujovne, él pasó a buscarla para dar un paseo por Recoleta, muy cerca del hotel Alvear, donde ella y el FMI tienen tomados diez cuartos.

Bajo la atenta mirada de sus guardias de seguridad, que se ubicaron lejos para darles espacio, comieron en un local frente a la aggiornada La Biela. A lo largo de la tarde se los pudo ver relajados, riendo e incluso sacándose selfies, ella sentada sobre él. “Los hombres de mi vida han tenido problemas para aceptar mi éxito”, explicó en una oportunidad la directora del FMI, que pasó por dos divorcios antes de unirse a Xavier. De todas formas, a este empresario no parece afectarlo la fama de su mujer. “La dificultad para conciliar mi vida empresarial y la relación con mi pareja es relativa. Nos gustaría tener más tiempo para estar juntos pero por nuestras actividades eso se complica, algo que hoy en día les pasa a muchas parejas también”, comenta el francés de 63 años.

Orgulloso de su tierra. Nacido en Marsella se describe como un hombre “orgulloso de su ciudad”. El amor por ella lo llevó a tener un blog donde explica y promociona su ciudad. También se describe como un amante del cine clásico francés, es un apasionado de las películas de Marcel Pagnol y Claude Sautet y de las de aventura de Steven Spielberg y James Cameron. Deportista amateur, disfruta de nadar en el mar, el ciclismo y las caminatas. Y ubica a Victor Hugo y Arthur Rimbaud como sus autores favoritos. Por lo que exhibe en sus redes sociales, Xavier es de los que aprovechan los viajes de su mujer para acompañarla en muchos de ellos y posa sin problemas en las fotos que en esas ocasiones suelen hacerse con el grupo de las “primeras damas”, momento que comparte cartel con, por ejmplo, los maridos de Angela Merkel y Theresa May. En lo estrictamente  personal se muestra como el cable a tierra de Lagarde, sin dejar de lado sus negocios. Siempre con una sonrisa y actitud relajada, solo se enoja cuando ve la contaminación producida por los seres humanos tal como lo postea en Facebook y Twitter.  

ADN empresario. Tanto su padre como su madre heredaron empresas familiares, por lo que Xavier estuvo presente en el mundo de los negocios desde pequeño. Fue por eso que decidió estudiar en la Facultad de Derecho de Aix en Provence y luego en el King’s College de Londres. “Después de mis estudios me quedé en Londres para enseñar Derecho francés y luego regresé a Francia para el servicio militar”, recuerda quien ahora es dueño de una compañía de desarrollos inmobiliarios llamada Resiliance.

Antes de volcarse al mundo de la construcción tuvo un paso por una ONG francesa. “Fui nombrado jefe del departamento de investigación y formación de la Cámara de Comercio Internacional en París entre 1980 y 1985”, dice. Fue en esos años cuando conoció a Lagarde. “Nos encontramos en la Universidad de Nanterre en 1980, luego nuestras vidas se separaron”, explica en su blog. “La primera parte de nuestra relación fue puramente amigable”. No sería hasta 2006, cuando ella ocupaba el rol de ministra de Comercio Exterior, que se reencontraron. En esa oportunidad la relación creció y terminaron siendo pareja. “Tras ese reencuentro, nuestra relación se volvió sentimental”, relata Xavier en su blog. “Ahora, cuando estamos juntos en público, me gustaría que nos vean como una pareja normal”. Y en Recoleta, lo consiguieron.