PROTAGONISTAS
Golpe de efecto

Melania Trump: "A mí nadie me controla"

En medio de la crisis por “el muro”, Vanity Fair México reeditó un reportaje a la primera dama para exhibir a través de ella cómo es su mundo privado.

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Melania Trump | Afp

Vestida de blanco, con una sonrisa impecable, llena de joyas y con un plato desbordante de collares que simulan ser pastas que ella misma revuelve y levanta con un tenedor. Así es la imagen, exuberante y ostentosa, que utilizó la revista Vanity Fair de México para presentar a Melania Trump como la nueva primera dama de su país vecino en medio de una crisis diplomática.

La imagen de portada bajo el título de “Rechazo el bótox y las inyecciones, creo que son perjudiciales para la cara y los nervios. Todo es mío” sale a la venta en sintonía con la decisión del mandatario Enrique Peña Nieto de no acudir a la reunión con Trump luego de que éste insistiera no sólo en la construcción de un muro que divide a ambos países, sino incluso en que lo financien los mexicanos. 

En ese contexto, Melania aparece en la revista mensual más vendida de México con frases como: “Me defino como tímida, bella y complaciente”. Mientras, en la web de la publicación prometen contar “su pasado familiar, las tácticas para lidiar con su marido y cómo planea convertirse en la nueva Jackie Kennedy”. Y en el Twitter la catalogan como “intrigante primera dama”. De todos modos, las declaraciones concedidas a la publicación ya aparecieron el pasado abril en un artículo de la revista GQ –también del grupo editorial Condé Nast–, cuando Melania sólo era la mujer del magnate con pretensiones de presidente. Hoy, a diez meses, se resignificaron. 

“No opino de política ni de temas legislativos”, porque es Trump “quien se ocupa de esas cosas”, es una de las frases. Entonces, resaltaba que de los consejos que le da a Trump “nadie se entera ni se enterará jamás, todo eso queda entre mi marido y yo”. En cuanto a los Clinton, quienes estuvieron en su boda en 1998, y que se transformaron en sus enemigos políticos, resaltó que no reviste importancia: “Las cosas son como son. Todo esto es un tema profesional, no es nada personal”. Además, aseguró: “Nadie me controla. Viajo con mi marido cuando sé que puedo ir y que no pasa nada si mi hijo se queda unos días solo con la servidumbre”. Y agregó: “Es un marido muy comprensivo. Si le digo: ‘Necesito una hora, me voy a dar un baño’, o si me dan un masaje, no se opone. En ese sentido, me apoya mucho”. Cuando se le preguntó sobre las causas que apoyaría en su rol de primera dama, señaló que ya participa en “muchísimas organizaciones benéficas que se centran en los niños y en enfermedades muy diversas”. Entonces, la publicación se permite deslizar: “En este aspecto es igual que su marido: se muestra seductoramente opaca. Repite trivialidades enérgicamente en tono afirmativo e informal (dice que tiene ‘la piel gruesa’, vive la vida ‘día a día’, sigue las noticias ‘de la A a la Z’) hasta que el entrevistador decide que no tiene sentido insistir para lograr respuestas que no parezcan “de libreto”. No obstante, a diferencia de su esposo, Melania es reservada, educada y poco voluble, según sus allegados”. Luego, la revista recuerda dichos de su marido respecto a ella. Como cuando se le preguntó si seguiría con Melania si ella tuviera un accidente de auto y el ahora mandatario respondió:  “¿Y sus pechos cómo quedarían?”. O cuando en 2005 “valoró” que Melania le haga las cosas fáciles: “Trabajo mucho. No quiero llegar a casa y esforzarme para mantener una relación”. La nota fue acompañada de una producción de fotos realizada en abril por Douglas Friedman, que reflejan el lujo que sirve de escenario cotidiano a los Trump. Y ella luce siempre perfecta, tal como la historia de vida que cuenta. Por esta razón la revista recibió fuertes críticas que la obligaron ayer a aclarar vía redes sociales  que “No, ésta no es una historia de adulaciones”.

 Ayer Trump, tras una conversación telefónica con Peña Nieo, aseguró que ama a los mexicanos.

Del Fashion Week a la Casa Blanca

Melania es una ex modelo de origen esloveno nacionalizada estadounidense en 2006. Comenzó su carrera a los 16 años y continuó durante el primer tiempo de su relación con Trump.

El matrimonio se conoció en una fiesta del New York Fashion Week. “Yo no sabía gran cosa de Donald Trump. Tenía mi vida, mi mundo. No conocía el tipo de vida que él llevaba”, reveló ella. Esa noche de 
septiembre de 1998, el magnate llegó con otra mujer, pero se quedó pensando en Melania, quien no quiso darle su teléfono y a cambio le pidió el de él. “Tenía que conocer sus intenciones”.

La relación se presentó en el reality The Apprentice en 2004 y se casaron el 22 de enero de 2005 con los Clinton como invitados . Melania es la tercera esposa de Trump. Y en 2006 nació su único hijo, Barron