Luego de su visita a Marruecos para ver a su amado San Lorenzo en el Mundial de Clubes y pasar una romántica Navidad en París junto a Guillermina Valdes, Marcelo Tinelli y su pareja se reunieron con todos los hijos del conductor en Buenos Aires. Y como ya es un clásico, se tomaron un avión privado para recibir el año nuevo en su chacra La Boyita de Punta del Este. Allí hubo partido y fiesta en familia y amigos.
Es que apenas llegó a Uruguay, el conductor organizó un encuentro de fútbol con sus amigos. Entre los jugadores pudo verse a Horacio Rodríguez Larreta, Nicolás Repetto, Ricky Sarkany, Nacho Viale y también a Ezequiel Lavezzi, que no tuvo inconveniente en prenderse al picadito. Además, infaltables, los mejores amigos del conductor, Hernán de Laurente, Leo Mateu y Lautaro Mauro. Y una tribuna de esposas y novias, que alentaron cada jugada.
Y el 31 a la noche sí hizo su gran fiesta de fin de año, a la que la mayoría asistió de blanco. Por supuesto, el conductor compartió imágenes de la celebración que se hizo en su casa a través de su Twitter bajo las etiquetas de “Amor” y “Gran noche”.
En las mismas pudo verse a Andrea Burstein, Agustina Casanova, el primo de Marcelo, Luciano Tirri; Daniel Awada, dueño de Cheeky, y su mujer, Yanina Solnicki; la dueña de El Camarín, y hasta el estilista del conductor, el Bichi. Y por supuesto, todos los hijos de Marcelo. Canchero, Francisco subió fotos junto a sus hermanas diciéndoles que las ama. Y Juanita se la pasó jugando con un sombrero de paja.
Una vez pasada la una, y el brindis de rigor, Candelaria y Micaela se fueron a otra fiesta en la que la morocha se reencontró con su ex, Nacho Lecouna. Al menos, así lo acreditó el relacionista público Francisco Larguía, quien publicó en su cuenta de Instagram una fotografía donde se lo ve junto a Micaela Tinelli y su novio, Tutti Diez, y a los costados Candelaria y Nacho, quien fue pareja de la joven durante cuatro años.
Para el viernes 2, Tinelli tenía pensado hacer una cena en el restaurante Santa Teresita de José Ignacio en nombre de su bodega Lorenzo de Agrelo, con la que este año presentó el vino que llamó Fede, en honor a Federico Ribero.
El objetivo, potenciar el negocio. Es que Lorenzo de Agrelo es mucho más que una bodega. Es un exclusivo proyecto de barrio privado mendocino donde cada propietario puede tener su vid y bodega. Este emprendimiento lo lleva en sociedad con De Laurente y el arquitecto de Nueva York Young Woo. El proyecto incluirá un hotel boutique con spa y un country house en un predio de 500 hectáreas, de las cuales 200 ya están vendidas. Para el evento, Marcelo contrató a Mauro Colagreco, el chef argentino más premiado en el mundo, que está armando el menú y la carta del restaurante que se hará en Agrelo. No obstante, las fiestas hicieron que el evento se pospusiera para la semana entrante. Así que Tinelli seguirá de festejo.
