La Argentina ostenta un nuevo y triste récord:
es el principal consumidor del mundo de estimulantes del tipo anfetamínico, según
un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) que se presentó
esta semana en Bangkok, Tailandia.
Se trata de sustancias producidas legalmente, como la
fentermina o el fenproporex, que se utilizan para inhibir el apetito o la
sensación de hambre, aunque su abuso a la larga puede generar graves trastornos para la salud como
estados de pánico, comportamiento agresivo, alucinaciones y depresión del sistema
cardiorrespiratorio.
El trabajo, además, advirtió acerca del notable aumento del consumo de drogas sintéticas,
como el éxtasis o las metanfetaminas, que ya
supera al de cocaína y heroína juntas en todo el mundo.
Alarma. De acuerdo con el informe “Evaluación global 2008 de anfetaminas,
metanfetaminas y éxtasis” de la ONU, conocido esta semana, los argentinos encabezan el
ranking de consumo de estimulantes para adelgazar con 17 dosis diarias por cada mil habitantes,
seguidos por los estadounidenses con 12 dosis y los brasileños con diez.
A pesar de que estas drogas son controladas internacionalmente por la Convención sobre
Sustancias Psicotrópicas de 1971 de la ONU, su consumo aumentó en el continente americano un 54%
entre 2004 y 2006.
Estas cifras, según el trabajo, “suponen un preocupante patrón que indica un aumento en
la prescripción de recetas asociado a un probable incremento del abuso de estas sustancias”.
Para Marcelo Peretta, director de la carrera de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Maimónides,
“en épocas previas al verano, hay un aumento del consumo de anorexígenos que la gente mezcla
con ansiolíticos, porque unos quitan el hambre y otros disminuyen la ansiedad”.
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