SALUD
NO SABER NADAR

Mueren ahogadas 42 personas por hora en el mundo

La cifra, divulgada por la OMS, supera en un 30% a los peatones que fallecen en accidentes viales. Aquí, perdieron la vida en el agua 471 personas durante 2013.

Rescate. Guardavidas socorren a una víctima en Mar del Plata. Las piletas, otro lugar donde ocurren accidentes.
| Marcelo F. Aballay

Cada hora fallecen en el mundo 42 personas debido a ahogamiento por inmersión, un problema de salud pública desatendido, según denunció la OMS en el primer informe mundial sobre el tema. La cifra (372 mil) supera casi en un 30% a los peatones que mueren cada año en calles y rutas del mundo (270 mil).

Las tasas más elevadas de ahogamiento se dan entre los menores de cinco años. De hecho, esta problemática se encuentra entre las diez primeras causas de muerte en general, mientras que considerando sólo los chicos de hasta 14 años, asciende hasta ubicarse tercera.

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“Los esfuerzos por reducir la mortalidad infantil han permitido obtener destacados logros en los últimos decenios, pero también han revelado causas de mortalidad infantil que permanecían ocultas”, señaló Margaret Chan, directora general de la OMS. “El ahogamiento es una de ellas. Es una forma de morir que puede evitarse. Los gobiernos nacionales y locales deben poner en marcha iniciativas para aplicar las sencillas medidas de prevención articuladas por la OMS”, agregó.

En la Argentina, el tema también preocupa, especialmente durante el verano cuando por las altas temperaturas más gente opta por meterse al mar, el río, arroyos o piletas y los accidentes en el agua aumentan. Las cifras se obtienen de diversos organismos estatales, razón por la cual se estima que existe cierto subregistro, también imperante en otros países, según advierte el informe de la OMS.

“A nivel local cada año mueren ahogadas 471 personas, de las cuales el 60% tiene menos de 20 años. Además, el ahogamiento es la segunda causa de muerte entre el año de vida y los 15, sólo precedida por los accidentes viales. Las últimas cifras, que son de 2013, dan cuenta de 141 menores de 15 años fallecidos por esta causa”, detalló a PERFIL Ingrid Waisman, integrante del Comité Nacional de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) que realizó el consenso “El niño y el agua” para dar visibilidad a esta problemática.

Prevención. “Enseñar a nadar es una de las cosas en las cuales se hace hincapié en el consenso. Esto debería comenzar a los cuatro años, edad en que los niños están física y mentalmente aptos para comprender y realizar lo que se les enseña. Sin embargo, saber nadar no le da al chico la seguridad para mantenerse a flote en una emergencia”, recalcó Waisman.

“Considerando que en verano los casos de ahogamientos y accidentes en el agua aumentan, no sólo tenemos que pensar en enseñarle a nadar a los chicos, sino también en generar ambientes seguros. Esto es responsabilidad de las autoridades, los directivos de los clubes o balnearios y por supuesto de los padres, familiares o cuidadores”, sostuvo, por su parte, Daniel Miranda, secretario del mencionado Comité de la SAP. “Si eso se cumple vamos a empezar a cambiar la palabra y el concepto de accidente –con la inevitabilidad que eso implica– por la de lesiones no intencionales que se pueden prevenir mediante acciones concretas”, agregó.

Juan Carlos Vassallo, director de la carrera de Especialista de Terapia Intensiva Pediátrica de la Unidad Académica Garrahan de la Facultad de Medicina de la UBA, coincidió al afirmar que “la muerte por ahogamiento de una persona expresa el fracaso de las medidas de prevención, tanto de la personas  como de la sociedad en su conjunto”.

Por eso remarcó a PERFIL que es importante la supervisión, pero también la instrucción y educación pública (por ejemplo, enseñar ténicas de RCP), el uso de tecnología y la regulación, ya que en el 85% de los casos los ahogamientos pueden prevenirse.  “Ese trabajo preventivo incluye además conocer cuáles son los factores de riesgo, entre los que se encuentran el sexo masculino (existe una mayor tendencia a la aventura o los desafíos y por eso suelen accidentarse o ahogarse en el mar, el río o el lago) el hecho de ser un niño, el alcoholismo, la falta de recursos y el bajo nivel educativo”, concluyó Vasallo.

Entre las medidas preventivas, la OMS menciona: instalar barreras para restringir el acceso al agua; proporcionar lugares seguros para niños, como guarderías infantiles; enseñar a los niños nociones básicas de natación y capacitar a los posibles testigos de ahogamientos en socorrismo y reanimación. Así como también establecer reglamentos de seguridad para la navegación.

Un guardavidas cada cien personas
Javier Garavetti es guardavidas hace 17 años y actualmente se desempeña en el Partido de la Costa. PERFIL dialogó con él para conocer cómo actúan ante un rescate y en qué casos ocurren más accidentes. “El agua no discrimina por edad ni sexo, aunque hay ciertas ‘generalidades’; como por ejemplo, que los adolescentes varones son más arriesgados y negligentes (por eso se dan tantos casos de ahogamientos en balnearios copados por jóvenes, como San Bernardo) o que las personas mayores son susceptibles a cambios de vientos y corrientes marítimas que pueden ocurrir en pocos minutos. Por su parte, en las piletas es frecuente ver golpes o juegos bruscos”, explicó.
Para el especialista, es fundamental la prevención. “Los guardavidas no trabajamos sólo en verano, sino que durante el año damos charlas en las cuales se enseña la importancia de reconocer dónde y cuándo meterse al agua, qué significa cada bandera y cuáles son los códigos de cada lugar”, refirió. Garavetti, del Sindicato Unico de Guardavidas y Afines de Argentina, además especificó que siempre debe haber un guardavidas cada cien personas, e ir incrementándose el personal cuando la cantidad de veraneantes sea mayor. También es importante que los puestos de vigilancia de la playa estén a entre ochenta y cien metros de distancia entre sí.