Por la erradicación de la violencia contra las mujeres en todas sus formas; el fin de los femicidios; el derecho al aborto legal, seguro y gratuito; la igualdad de derechos sociales y laborales. Las mujeres de todo el país salieron a las calles ayer para reclamar por sus derechos, en el marco del Paro Internacional Feminista convocado por el 8 de marzo, y que se replicó en las principales capitales del mundo.
En la Ciudad de Buenos Aires, la convocatoria se hizo pasado el mediodía en el Congreso Nacional, y por la tarde se empezó la marcha de una enorme columna de mujeres hacia la Plaza de Mayo. “Me mueve que nos maten todos los días”. “Vine por las que ya no están”. “Tengo miedo de salir a la calle”. “Cuando voy sola me siento insegura”. “Mi generación va a cambiar las cosas”. Fueron algunas de las frases que se recogieron de las asistentes a la marcha, muchas de ellas niñas y adolescentes, donde predominaron los pañuelos verdes por el aborto legal; violetas, contra la violencia machista; naranjas, por la separación de la Iglesia y el Estado; y banderas con los colores del colectivo Lgtbiq.
Hubo familiares de víctimas de femicidio, con carteles con fotos; y representantes de colectivos de mujeres, entre ellas de Actrices Argentinas. “Hubo un despertar y no hay vuelta atrás”, declararon.
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Hubo consignas políticas, y varias expresiones artísticas, con música y baile. Pasadas las 20 las organizadoras leyeron un documento donde reflejaron los principales puntos principales de la convocatoria: el aborto legal, la precarización laboral, la brecha de género, los crímenes de odio.
“Luego de la marea verde que inundó las calles y las plazas de toda la Argentina y el mundo en 2018, nos organizamos masivamente para exigir que finalmente el aborto sea legal, seguro y gratuito”, dijeron en referencia a la movilización en torno al debate en el Congreso por la despenalización y legalización del aborto en el país.
“Paramos porque organizades decimos bien fuerte: Basta de violencia machista en todos los ámbitos, basta de trata, basta de femicidios, travesticidios, transfemicidios y crímenes de odio”, leyeron en otro de los pasajes.
En relación a la precarización laboral femenina, y a la “feminización de la pobreza”, sostuvieron que “paramos porque todes somos trabajadoras y trabajadores; somos la clase contra la que va el capitalismo en el mundo, el neoliberalismo en nuestra región y el macrismo en nuestro país, mediante el avance de la derecha y el imperialismo en toda nuestra América Latina”.
Y remarcaron que “en este paro recogemos la historia de todos los paros históricos del movimiento feminista y la hacemos nuestra”.
Estadísticas. Entre 2013 y 2018, más de 240 mil mujeres de más de 14 años sufrieron algún tipo de violencia, según datos recogidos por el Indec, que por segundo año presentó el Registro Unico de Casos de Violencia contra las Mujeres (Rucvm), que recoge denuncias, consultas y pedidos de asistencia o asesoramiento a organismos oficiales.
En el 82,1% de los casos, el agresor fue la pareja o ex pareja de la víctima; y menos del 30% hizo una denuncia policial o judicial. A partir de los 50 años, en el 48,2% de los casos, los hijos son los agresores. La violencia predominante es la psicológica (86,0%), seguida de la física (56,3%), la simbólica (20,1%), la económica y patrimonial (16,8%) y la sexual (7,5%). Más de la mitad de las mujeres declaran haber sufrido más de un tipo de violencia a la vez.
Un informe de UADE y Voices! da cuenta de las percepciones de los argentinos, hombres y mujeres, sobre diversas cuestiones de género. De allí se desprende que si bien casi el 80% cree que el rol social y político de las mujeres está cambiando; cuatro de cada diez reconoce que no existe la igualdad de género en materia de derechos.
Más del 90% de los encuestados valora la lucha contra la violencia machista y a favor de la igualdad de derechos; aunque solo un 25% declaró haberse involucrado activamente en la defensa de temas de género; y quienes lo hacen son principalmente mujeres jóvenes.
