9 de Julio: un pueblo de luto por las picadas trágicas

El cuerpo tenso apoyado, el pie sobre el acelerador y una moto que parece volar por los alrededores de una ciudad de 45 mil habitantes. Esta es una escena cotidiana en la localidad bonaerense de 9 de Julio, ubicada a 262 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, donde tres jóvenes murieron ayer y dos adolescentes resultaron heridos.

El trágico accidente ocurrió mientras corrían carreras o “picadas” en moto frente al autódromo local, como lo hacían todas las noches, y sin usar cascos.

Juan Carlos Durán, tío de César Tolosa, una de las víctimas, habló con PERFIL y expresó: “Todos se manejan en motos y bicicletas, pero con todo esto vendí mi propia moto ayer. Hay un descontrol con los menores, el intendente habla y calienta su silla pero no hace funcionar las cosas”.

El médico Gustavo Tafarel, del hospital de 9 de Julio, indicó que los jóvenes a los que atendió “corren picadas todos los días, lo hacen enfrente de mi casa. Eran seis motos que chocaron entre sí”, en dos picadas que se realizaban simultáneamente y en sentido contrario sobre la misma calle.

“Con mi esposa hicimos varias denuncias. Venía la Policía y los chicos, unos 15 o 20, se iban a otro lado”, dijo Tafarel y agregó que “era de esperar que sucediera, porque corrían recostados en la moto, hacia adelante, con el abdomen apoyado y sin casco”.

Por su parte, el intendente de 9 de Julio, Walter Battistella, aseguró que está encabezando una lucha tratando de concientizar para que no se corran carreras. “ Desde la Policía comunal se los persigue, pero van de un sector a otro de la ciudad, a los accesos o frente al autódromo municipal, que está fuera de la planta urbana. A veces se juntan entre 30 y 40 motos”, dijo y agregó que el lugar del accidente no tiene iluminación y está en una zona rural. Más información en la Edición Impresa.