Los personal shoppers nacieron a principios de los 80´s en Nueva York como asistentes personales de altos ejecutivos que tenían poco tiempo para ir de compras. Luego el mundo de la moda los adoptó y los hizo propios: ya no solamente su función era comprar ropa, calzado y accesorios sino que se convirtieron en una especie de asesores de imagen “móviles” que recomendaban comprar productos según los gustos y preferencias de los clientes. Hoy, ademàs de continuar ligados al mundo glam, aterrizaron en los supermercados argentinos y se convirtieron en un actor clave dentro del ecommerce del retail.
Este asistente personal es muy utilizado en las grandes ciudades de todo el mundo, para que asesore sobre las mejores opciones de compra a sus clientes. Estas compras van desde artículos de moda, como ropa, calzado y accesorios; decoración y regalos, hasta la compra de alimentos y otros productos para el hogar. En el mundo de la moda, es un asesor presencial que acompaña a los clientes de compras y los aconseja en función de las últimas tendencias.
El mercado argentino de personal shoppers se encuentra diversificado en dos grandes grupos: moda y supermercados. De las primera, la más reconocida es Shop Hop BA, un emprendimiento novedoso que fundaron la inglesa Sophie Lloyd y la norteamericana Bailey Bial, que programa recorridos de compras, estilismo personalizado y circuitos de placer. Incluso hay proyectos for export: Bacan, una compañía fundada por Ramiro Gramajo que desembarcó el año pasado en España. La idea central es asesorar a los clientes a través de sus preferencias, estilo de vestir y talla. Luego, tras completar una breve encuesta, un algoritmo selecciona las prendas más acordes al gusto del usuario y le envía un paquete con los productos seleccionados.
Ya en el terreno de los supermercados, la plataforma Rappi, que conecta a través de su app a comercios, consumidores y rappindeteros, fue la primera que lo incorporó al mainstream del comercio en las grandes cadenas de hipermercados. Creó un sistema en tiempo real en donde el usuario que precisa realizar las compras en el supermercado pero que carece de tiempo cuenta con la posibilidad de que un personal shopper compre por ellos y asesore sobre cuáles son los mejores productos disponibles. Actualmente poseen unos 70 shoppers por toda la Capital Federal y también por el corredor norte hasta San Isidro, La Plata, Rosario y Córdoba.
¿Cómo funciona el servicio? el cliente, a través de la app de Rappi, realiza una lista virtual de los productos (verduras, frutas, carnes, panificados, limpieza, etc) y formula un pedido. Luego, automáticamente un personal shopper toma el pedido y comienza a buscarlos en las góndolas del supermercado más cercano. Ambos están en permanente contacto: ya sea vía chat o teléfono, el shopper podrá brindar diferentes opciones en caso de que no haya el producto deseado o recomendaciones a tener en cuenta.
“Nos apoyamos en la vista, el tacto y el olfato. En el caso de las frutas y verduras, lo primero es verificar que tenga el color adecuado, que se vean frescas y naturales. Luego procedemos al tacto y el olor: verificamos su consistencia y que esté en condiciones, sin abolladuras".
“Los personal shoppers son el mediocampo del equipo Rappi, quienes hacen el pase desde los principales supermercados de la ciudad a los rappitenderos que llevan los productos a casa (en bicis, motos o camionetas para grandes pedidos). Nuestra idea es sumar personalización a la experiencia de compra digital, de modo que no solo recibimos el encargo, sino que nuestros shoppers, en cualquier momento del día, ofrecen una respuesta inmediata y asesoramiento”, aseguró Debora Epifanio, Head of CPGs de Rappi Argentina.
El know how
Según datos de la compañía, el 15% de la facturación total corresponde a la venta en supermercados y posee un crecimiento mensual a un ritmo del 30%. Ahora bien, también hay que tener en cuenta qué elementos forman parte del expertise de un shopper: ¿cómo elegir los mejores productos? ¿cómo saber si tanto frutas y verduras cumplen con la calidad requerida? ¿y con las carnes? ¿cómo optimizar la búsqueda para acelerar los tiempos?
“Nos apoyamos en la vista, el tacto y el olfato. En el caso de las frutas y verduras, lo primero es verificar que tenga el color adecuado, que se vean frescas y naturales. Luego procedemos al tacto y el olor: verificamos su consistencia y que esté en condiciones, sin abolladuras. La idea es que llegue en perfectas condiciones al cliente. El empaquetado también es clave: tienen que llegar en óptimas condiciones y para eso tienen que estar en una bolsa aparte”, cuenta el personal shopper Enderson Peña y, y agrega: “En las carnes verificamos la fecha de vencimiento. Una carne vivaz y roja demostrará una mayor frescura”.
María Eugenia Blanco (26) es venezolana y desde mediados de 2018 trabaja de shopper en un supermercado del barrio de Recoleta. Para ella, una de las claves aprenderse de memoria el supermercado donde trabaja. “Al principio se convirtió en un trabajo muy desafiante, porque requiere agilidad física y mental. Hay que aprender cómo funciona el supermercado y conocer todos los rincones. Para ser un buen personal shopper hay que tener eficiencia y eficacia: hay que hacerlo bien”, cuenta.
En una época en donde la falta de tiempo es moneda corriente, los personal shoppers aparecen como una oportunidad de exprimir al máximo las herramientas tecnológicas para mejorar y optimizar los quehaceres diarios.
