SOCIEDAD
la ley que los autoriza fue sancionada hace un año

A partir de enero, los food trucks se instalarán en las calles porteñas

La asociación que los nuclea estima que serán entre 150 y 200 los que competirán por uno de los lugares que se habilitarán en cada comuna.

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Patio del puerto. Así se denomina el espacio que ya funciona detrás de la terminal de Buquebus desde hace un mes. La iniciativa fue impulsada por la Administración General de Puertos; está abierto desde el mediodía. | aballay

A pesar de que la ley que regula el funcionamiento de los food trucks en la Ciudad fue aprobada hace casi un año, los porteños deberán esperar, por lo menos, hasta el verano para disfrutar al aire libre y en el espacio público de las opciones gourmet –pero al paso– que ofrecen los camiones de comida que, hasta ahora, sólo funcionan en ferias y eventos, y en un flamante “patio” ubicado detrás de la terminal de Buquebus, una iniciativa privada impulsada por el Puerto de Buenos Aires.

Según el gobierno porteño,  la reglamentación de la Ley 5.707 se hará en los próximos diez días, y a partir de allí quedará abierto el registro para la inscripción de los postulantes a ocupar los espacios que la Ciudad destinará para tal fin, que serán, “en principio, unos veinte: habrá por lo menos uno en cada comuna”, según informaron a PERFIL.

Una vez anotados, deberán hacer tanto la verificación técnica de los rodados como los controles de bromatología y sanidad vigentes. Según datos oficiales de la Asociación Argentina de Food Trucks, se estima que están listos para salir al mercado entre 150 y 200 vehículos. Y, al igual que en otras ciudades del mundo, el gobierno trabaja en el desarrollo de una app que permitirá seguir el derrotero y la ubicación de los camiones de comida en cada una de las comunas.

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“La ley establece que deben instalarse a no menos de 200 metros de un local gastronómico habilitado, tener la oblea de habilitación y pagar el canon anual de 18 mil pesos”, aseguró Martín Villar Sánchez, titular de la Dirección de Gastronomía porteña. “Los espacios serán sorteados entre los postulantes, y los lugares, consensuados entre los ministerios de Ambiente y Espacio Público, Desarrollo Urbano y Tránsito y esta dirección”, agregó. Los propietarios de los vehículos gastronómicos deben ofrecer, además, variedades para celíacos, y comidas y bebidas aptas para diabéticos, o bajas en sodio, o frutas y verduras. Entre las prohibiciones, se destacan la utilización de equipos a gas, leña o carbón y vender bebidas alcohólicas.

“Sabemos que para hacer algo serio, donde se articule a todos los sectores que intervienen en la movida, puede demorarse. No se hace de un día para el otro”, aseguró Ernersto Lanuse, integrante de la Asociación Argentina de Food Trucks y dueño de Nómade. “La reglamentación debe ser dinámica y permitir aggionarse de acuerdo con cómo se desarrolle la actividad, pero siempre respetando los locales gastronómicos habilitados”, agregó. En este sentido, Lanusse señala que se debería avanzar un poco más en materia de las diferentes actividades al aire libre y en espacio público, como por ejemplo recitales o maratones.

En tanto, aunque no se oponen a su funcionamiento, los dueños de bares y restaurantes porteños los siguen de cerca: “Celebramos la competencia, pero también exigimos que sea en igualdad de condiciones. No vamos a consentir ni a tolerar a los manteros con ruedas”, aseguró a PERFIL Verónica Sánchez, titular de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Cafés y Confiterías (AHRCC).

En el Puerto. Desde hace un mes, tras la terminal de Buquebus en Puerto Madero funciona un espacio con cuatro food trucks –La Cabrera, Peace, Love & Chivitos, Demax Street Food y Ahumados Milberg–, que forma parte de un proyecto de origen privado pero que funciona en un sector perteneciente a la Administración General de Puertos. El “patio” funcionará al menos un año y busca sumar nuevas propuestas de comida mexicana y sushi, entre otras, aunque todavía está en obra: faltan baños y la puerta de acceso. Pero ya recibe a buena parte de los oficinistas de la zona y los turistas que usan el servicio de buques. “Somos una alternativa frente al río y gourmet”, aseguró Alberto Ditieri, encargado del lugar.

En Nueva York, los fanáticos los siguen con una app

Forman parte del paisaje urbano y están integrados al ritmo diario de una ciudad que no para. En Nueva York –igual que en otras ciudades del mundo, aunque con más fuerza– los food trucks no sólo compiten con los restaurantes, sino entre sí: tienen su propio recorrido y tanto foodies como turistas los siguen a través de aplicaciones que descargan en sus celulares, que les informan día a día en qué punto de la isla se instaló su “carrito” preferido.

La movida no es sólo apta para fanáticos: cada día, los oficinistas y vecinos que caminan por Manhattan van informando, a través de Twitter, qué plato elegir ese día en cada uno, el tiempo de espera estimado y si hay algún “tapado” o nueva opción que vale la pena descubrir.