Sólo un tercio de los niños y adolescentes con discapacidad está incluido en el sistema
educativo, y de ellos, apenas el 24 por ciento asiste a escuelas comunes en calidad de
"integrados", afirmaron ayer especialistas de organizaciones de ayuda a discapacitados.
A poco de conmemorarse
el Día Internacional de la Discapacidad, que según determinó Naciones Unidas (ONU)
es el 3 de diciembre, los organismos advirtieron que la misma sociedad que clama
por la integración y el respeto a las diferencias, tiene graves dificultades -pedagógicas, sociales
y edilicias- para que los niños que pueden hacerlo estudien en escuelas ordinarias.
Los especialistas sostienen que con el apoyo de las familias, la comunidad educativa y la
intervención de "maestros mediadores" o tutores, la integración de chicos con discapacidades en las
escuelas ordinarias no sólo es posible sino deseable.
Ellos indican que los beneficios corren tanto para los jóvenes discapacitados, que se educan
por fuera del "microclima" que generan las instituciones especiales, como para los que no lo son,
que aprenden a convivir con personas diferentes y a ser tolerantes.
Sin embargo, en base a las últimas estadísticas de la
Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa (DINIECE),
sólo un tercio de los niños y adolescentes con discapacidad recibe educación dentro del sistema
educativo, sea especial o común, y de ese tercio, sólo el 24 por ciento concurre a una escuela
estándar, en calidad de integrados.
Los datos surgen de un documento público difundido hoy por la Asociación para el Desarrollo
de la Educación Especial y de la Integración (ADEEI), la Asociación Síndrome de Down de la
República Argentina (ASDRA), Fundación Par, Fundación Data, Fundación Para el Desarrollo Autónomo y
Laboral y la Asociación Para la Defensa del Discapacitado y el Usuario de Salud (APDDUS).
"Hay un gran porcentaje de niños y adolescentes que quieren acceder a escuelas comúnes y no
tienen ese derecho garantizado porque el sistema carece de recursos para incluirlos", afirmó la
directora de la Fundación Par, Marina Klemensiewicz.
"Si queremos una sociedad inclusiva, tenemos que generar escuelas que también lo sean",
agregó la dirigente, y dijo que una educación realmente integradora, supone el apoyo de toda la
comunidad educativa y de los institutos especiales, "que son fuentes de recursos y capacitación".
"Una escuela que acepta a un nene con discapacidad necesita por ejemplo, que los padres de
sus compañeros lo inviten a sus casas a jugar o a los cumpleaños -señaló Klemensiewicz-. La
transformación cultural tiene que ser profunda".
Para la coordinadora del área de Educación Especial del ministerio nacional, Ana Moyano, "lo
aconsejable que todos los pibes vayan a una escuela común y estudien los mismos contenidos
académicos, con las modificaciones pedagógicas que correspondan en cada caso", a excepción de
aquellos que sufran una discapacidad grave y en consecuencia, no puedan hacerlo.
Si bien todas las escuelas, sean públicas o privadas, tienen obligación de inscribir a un
niño discapacitado -el derecho a la educación prima, incluso, sobre el derecho de admisión-,
encontrar un establecimiento proclive a la integración no siempre es fácil.
Moyano destacó que el nivel inicial "ha sido pionero en la integración de alumnos con
discapacidad" pero reconoció que en la escuela media aún subsisten barreras sobre todo,
arquitectónicas y sociales.
La funcionaria afirmó que las construcciones nuevas están adaptadas para estudiantes con
discapacidades y que en las refacciones edilicias se contemplan este tipo de facilidades, pero los
testimonios de las organizaciones son otros.
"En el nivel medio la integración es muy poca", indicó la directora de programas de la
Fundación Discar, Marta Mendía, y advirtió que en algunas instituciones "no se permite que los
chicos que se inscribieron en el jardín de infantes continúen sus estudios, sobre todo en casos de
discapacidad mental".
Mendía, que es psicopedagoga, señaló que las adaptaciones curriculares son más sencillas en
el nivel inicial porque en el nivel medio, hay más profesores y requiere que cada uno modifique su
materia junto al tutor.