Las denuncias sobre un supuesto brote antisemita colmaron ayer el acto conmemorativo que
realizan los 18 de cada mes los familiares de víctimas de la AMIA, frente a la sede de la mutual
judía.
Durante la ceremonia, los parientes de los muertos en el atentado de la AMIA compararon a los
miembros de Quebracho con las “camisas pardas”, la fuerza de choque del nazismo, y
advirtieron sobre un posible tercer atentado en el país, basándose en los llamados del grupo
guerrillero Hezbollah a realizar otro ataque en Sudamérica.
"A partir de los recientes actos antisemitas tenemos todo el derecho de pensar que un tercer
atentado en nuestro país puede volver a ocurrir en cualquier momento", expresó Sergio Burstein, el
orador del acto.
Se refería además, a las pintadas antisemitas que aparecieron en las paredes de la Facultad
de Filosofía y Letras de la UBA.
Limar asperezas. Algunas horas después de la ceremonia, la flamante titular del
Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), María José
Lubertino, se reunió con varios dirigentes de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas
(DAIA) para limar asperezas que habían surgido durante el transcurso de la semana pasada.
Lubertino había dicho que no percibía la reaparición del brote antisemita que
inquietabaa la comunidad judía, lo que irritó al titular de la DAIA, Jorge Kirszenbaum, quien
respondió que la jefa del Inadi debía "asumir la preocupación".
Pero tras la reunión, todo se calmó. Lubertino expresó que “no hay fisuras” en la
relación entre el Gobierno y la comunidad judía, mientras que Kirszenbaum juzgó que están
“parados en la misma vereda”.