SOCIEDAD
Con otros tres religiosos muertos en la dictadura

Ante miles de fieles, beatificaron ayer al obispo Angelelli en La Rioja

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Emoción. Ayer habló Arturo Pinto., ex sacerdote y chofer que iba en el auto con Angelelli. | telam

Ante miles de fieles –y una delegación oficial encabezada por la vicepresidenta Gabriela Michetti–, la Iglesia católica beatificó ayer en La Rioja a cuatro víctimas de la dictadura militar, entre ellos, el obispo Enrique Angelelli, en una ceremonia que encabezó un enviado especial del papa Francisco, quien los declaró “mártires”. “Fueron asesinados en 1976, durante la dictadura militar, marcado por un clima político y social que también tenía claros rasgos de persecución religiosa. Fueron asesinados debido a su diligente actividad de promoción de la justicia cristiana”, dijo el cardenal italiano Angelo Becciu, en la homilía en el Parque de la Ciudad de esa ciudad.

Según el enviado del Papa, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico catequista Wenceslao Pedernera desarrollaban su acción pastoral “en promoción de los estratos más débiles, la defensa de su dignidad y la formación de las conciencias”.

Tras la lectura de sus biografías, se dio paso al rito en latín de la beatificación aprobada por el Vaticano en 2018, al probarse que el asesinato de los cuatro “por odio a la fe constituyó un martirio”.

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Al final de la ceremonia, que se extendió por poco más de dos horas e incluyó una parte de la misa leída en francés –por el país de origen de Longueville–, habló Arturo Pinto, conocido como “el Pelado”, el ex sacerdote que acompañaba a Angelelli en el auto cuando se provocó el accidente que terminó con su muerte el 4 de agosto de 1976.

“Era tozudo, difícil, bravo. No se bajó, lo bajaron de mala manera. Pero estamos nosotros para seguir la huella y luchar por la justicia, que es lo que nos pediría hoy”, dijo Pinto, que ahora vive en Formosa junto a su esposa, y aquella jornada quedó dentro del vehículo inconsciente.

Angelelli murió en medio de un accidente provocado por la encerrona que le hicieron en un tramo de la ruta, a pocos kilómetros de Chamical, de donde venía tras haber participado del velorio de Murias y Longueville, torturados y fusilados tras ser llevados por hombres uniformados a la base aérea de esa ciudad el 18 de julio de 1976. Pedernera, que integró el movimiento rural de la Acción Católica, estaba casado y tenía tres hijas, fue acribillado en Chilecito el 24 de julio por un grupo de hombres delante de su familia.

La misa fue presidida por Becciu y cocelebrada por el nuncio apostólico en Argentina, León Kalenga Badikebele, y 40 obispos de distintas diócesis. La comitiva oficial estuvo encabezada por la vicepresidenta Gabriela Michetti; el secretario de Culto, Alfredo Abriani, y los gobernadores de La Rioja, Sergio Casas; de Catamarca, Lucía Corpacci; de Córdoba, Juan José Schiaretti; de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el presidente del PJ nacional, José Luis Gioja.