SOCIEDAD
DESIGUALDAD TECNOLÓGICA

En Argentina, se estima que el 17% de los adultos no tiene teléfono celular

Alrededor del 68% tiene smartphones y 15%, otros celulares. El crecimiento a nivel global muestra una carencia en sectores de edad más avanzada y menor nivel educativo.

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Celulares | Cedoc

El viaje en subte, la cena con amigos y el ámbito laboral tienen algo en común. Los ojos se fijan en un pequeño aparato que concentra una parte importante de nuestras vidas y el contacto con otros, aunque sea digital. Tener un dispositivo móvil –especialmente un smartphone– se percibe hoy ya no como un lujo sino una necesidad. Según un reciente estudio de Pew Research Center, cada vez más personas a nivel global son dueñas de teléfonos celulares: hay alrededor de 5 mil millones. El crecimiento es veloz y no se detiene. Los pequeños ordenadores de bolsillo –los smartphones– que nos permiten comunicarnos con otros, entrar a redes sociales, navegar por internet y hacer virtualmente cualquier cosa superan en número a los aparatos más básicos.

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Sin embargo, la posibilidad de tener un celular no es equitativa en todos los países. Según el informe, en las economías emergentes estos dispositivos son más comunes en los sectores jóvenes y con elevado nivel educativo. De una selección de países encuestados, se puede trazar una comparación significativa. Mientras que el promedio de adultos dueños de smartphones es de 76% en las economías avanzadas, es solamente de 45% en las economías emergentes.

La clasificación de los países como economía avanzada o emergente es el resultado de una multiplicidad de fuentes y criterios, que incluyen los niveles de ingresos del Banco Mundial, el producto bruto interno, el PBI per capita y el crecimiento. A pesar de que la Argentina queda clasificada como economía avanzada, este grupo es heterogéneo e incluye a países como EE. UU., Alemania y Reino Unido pero también a Polonia, Rusia y Grecia. Los primeros tres superan a la Argentina –que se ubica a mitad de tabla con 68%– en porcentaje de smartphones en la población adulta con 81%, 78% y 76%, mientras que los último tres llegan solamente a 63%, 59% y 59%, respectivamente. Los primeros tres puestos del ranking se los llevan Corea del Sur, Israel y Holanda, con 95%, 88% y 87% de prevalencia de smartphones en adultos.

En contraste, los países emergentes tienen menor proporción de personas mayores con smartphones. Sudáfrica y Brasil ocupan los primeros puestos con 60% ambos y les siguen otros como México con 52% y Nigeria con 39%. En el último puesto se ubica India que –tal vez sorpresivamente– tiene un modesto 24% de adultos con smartphones. Cabe destacar que un amplio 40% de la población india tiene teléfonos con tecnología menos avanzada, mientras que en Corea del Sur, por ejemplo, este número es de solamente 5%.

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El informe también distingue a la población según poder adquisitivo y educación. Ya sea en las economías avanzadas o emergentes, las personas más jóvenes, las que tienen niveles más altos de educación y las que tienen ingresos más altos tienen más probabilidades de estar conectadas digitalmente. Las personas más jóvenes en todos los países encuestados tienen muchas más probabilidades de tener teléfonos inteligentes, acceso a internet y utilizar las redes sociales. En todas las economías avanzadas encuestadas, las grandes mayorías menores de 35 años poseen un teléfono inteligente. Por otro lado, la propiedad de smartphones entre las poblaciones mayores de las economías avanzadas varía ampliamente, y va desde casi la cuarta parte de los rusos de 50 años o más hasta aproximadamente nueve de cada diez surcoreanos mayores.

Sin embargo, en muchas de estas economías avanzadas, la brecha de edad en la propiedad de los smartphones se ha venido reduciendo desde 2015. Dos factores pueden contribuir a esta reducción de la brecha: en primer lugar, los menores de 35 años ya tenían muchos teléfonos inteligentes cuando se les preguntó en 2015 y esto genera un "techo" en este grupo. En segundo lugar, el grupo de mayor edad parece estar adoptando constantemente la tecnología de teléfonos inteligentes. Por ejemplo, nueve de cada diez estadounidenses de 34 años o menos han tenido un smartphone desde 2015, mientras que la tasa de propiedad en el grupo de 50 años y más ha aumentado del 53% al 67% durante el mismo período. En Argentina, el grupo de hasta 34 años posee teléfonos inteligentes en un 84%, mientras que los de 50 años o más llegan a un 42%. Sin embargo, desde 2015, el crecimiento de celulares en este último grupo fue casi el doble que en el grupo más joven, lo que genera un cierre de la brecha etaria.

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En la mayoría de las economías emergentes, sin embargo, los patrones de propiedad de smartphones se ven muy diferentes. En estos países, las tasas de propiedad en todos los grupos de edad tienden a ser más bajas que las observadas en las economías avanzadas. Por ejemplo, mientras que la mayoría de los adultos mayores de 50 años poseen teléfonos inteligentes en muchas economías avanzadas, en ninguna economía emergente encuestada, las tasas de propiedad de teléfonos inteligentes en este grupo mayor se ubica por encima del 35%.

Además, en la mayoría de las economías emergentes, la brecha de edad en la propiedad de teléfonos inteligentes ha aumentado en los últimos años. Aunque el grupo de mayor edad tiene más probabilidades de tener teléfonos ahora que hace unos años, la tasa de adopción ha sido mucho más rápida entre el grupo de menor edad. En Filipinas, por ejemplo, los de 34 años y menores son 47 puntos porcentuales más propensos a tener un teléfono inteligente hoy que aquellos de 50 años o más, en comparación con una brecha de solo 23 puntos porcentuales en 2015.

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La educación y el nivel de ingresos también desempeñan papeles importantes cuando se trata de explicar las diferencias en el uso tecnológico en la mayoría de los países. En todos los lugares encuestados, es más probable que las personas con mayor nivel educativo y de mayor ingreso utilicen internet que las personas con menores niveles de educación o ingresos. Y en casi todos los países, lo mismo ocurre con el uso de las redes sociales. Las brechas educativas en las economías emergentes son especialmente amplias. Por ejemplo, la mayoría de los nigerianos con educación secundaria o superior utilizan las redes sociales (58%) en comparación con solo el 10% de los nigerianos con menor educación, con una diferencia de 48 puntos porcentuales. La brecha educativa en el uso de internet es 53 puntos aún más amplia: el 65% de los nigerianos más educados usan internet en comparación con solo el 12% de aquellos con niveles educativos más bajos.

En Argentina, el 68% de la población adulta utiliza redes sociales, con un 90% de las personas de entre 18 y 34 años pero solo un 38% de los mayores de 50. Con respecto a la educación, los que están en un nivel superior llegan a un 84% de uso de redes, mientras que los de niveles inferiores ascienden 66%.

M.D.L./EA