El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) dispuso este mediodía el
"cese" del alerta climático que regía para la zona norte y noreste
del país por lluvias y tormentas fuertes.
"
El área de lluvias y tormentas que afectaba al norte de Chaco,
Formosa, Misiones y noreste de Salta se desplazó hacia Paraguay y al sudeste de Bolivia",
reportó el SMN.
Si bien todavía "
se pueden registrar algunas lluvias y tormentas, las mismas no
serán fuertes", añadió el organismo.
Esta mañana, el SMN había advertido que el fenómeno iba a afectar la zona hasta el mediodía,
con abundante caída de agua y ráfagas de viento.
El cese del alerta meteorológico trajo
un poco de alivio para la castigada región norte del país, afectada
desde hace días por temporales de lluvia y vientos, con desbordes y crecidas de ríos.
En ese contexto, pobladores de la localidad de María Cristina, en el noreste de Salta, a unos
150 kilómetros de Tartagal, fueron evacuados en las últimas horas por prevención, a raíz de la
crecida del río Pilcomayo, que divide a la Argentina de Paraguay.
En la zona había unas cinco mil personas aisladas por las aguas, de las cuales unas mil ya
fueron evacuadas.
La subida del Pilcomayo. En medio de un panorama complicado
también
los pobladores de Corrientes temían por el incesante aumento de nivel del río
Paraná. Entre los evacuados, ya se registraron al menos ochocientas personas en el extremo
oeste de Formosa, donde las aguas del Pilcomayo ya habían superado las defensas en las localidades
de
María Cristina, Lote 8, El Breal y Santa Teresa.
Por ese motivo, el gobierno provincial decidió relocalizar a los pobladores
afectados por las crecidas y distribuyó alimentos y elementos para la construcción de refugios en
zonas más altas, además de enviar médicos para controlar la situación sanitaria.
Desde el oficialismo admitieron que
el fin de semana se espera una suba en el número de evacuados, ya que las inundaciones
podrían afectar al menos a unas tres mil personas. La zona afectada está habitada
principalmente por aborígenes y pequeños establecimientos ganaderos, donde no existe señal de
telefonía celular, luz eléctrica y tampoco rutas pavimentadas.
Complicaciones en Santiago del Estero. En Santiago del
Estero la situación no era muy distinta:
la creciente del río Salado obligó ayer a trasladar a unas diez familias que residen en el
norte provincial, donde ya se registraban al menos 600 damnificados.
La creciente del Salado –que se debe a las intensas lluvias que se venían registrando
en las últimas semanas en Salta– se constituyó en un nuevo frente para el gobierno
santiagueño en cuanto a la asistencia, ya que desde hace días sufre una situación similar a la del
sur provincial por
la crecida del río Dulce.
El incremento del caudal del
río Pilcomayo también estaba afectando a pobladores del noreste de Salta y amenazaba
con superar el terraplén de tierra construido alrededor de la localidad más importante, Santa
Victoria Este, a unos 650 kilómetros de la capital provincial, donde viven poco más de
3.500 personas.
En Santa Victoria Este,
las aguas permanecían muy cerca de superar el anillo que rodea el
pueblo por lo que la situación era “dramática”, según describió una de las
lugareñas, Beatriz Molina, propietaria de un almacén.
La situación hace retornar los fantasmas del verano de 2006, cuando pobladores de la localidad de Tartagal debieron afrontar en soledad la crecida del río.
Fuente: DyN