SOCIEDAD

Clausuran dos de los prostíbulos VIP más importantes de Recoleta

Se trata de Madaho's y Black, ambos en Recoleta. El vínculo con el empresario que estuvo en el viaje oficial a Angola.

La puerta de Madaho’s, en Azcuénaga 1902 esquina Vicente López, frente al cementerio de Recoleta.
| Gentileza La Alameda

Dos de los locales donde se ejerce la prostitución más importantes de la ciudad de Buenos Aires fueron clausurados la semana pasada. Se trata de Madaho's y Black, ambos ubicados en el barrio de Recoleta.

Los inspectores llegaron a Black -ubicado en Ayacucho 1981, a metros de la avenida Alvear-, el pasado viernes 22 de marzo. El local fue clausurado por desvirtuar la habilitación (de boliche clase C), cuando en realidad se ejercía la prostitución, y ya no figura en el Registro de boliches Bailables, informó la ONG La Alameda. La suspensión ocurrió después de reiteradas denuncias y de una movilización de los vecinos del barrio en mayo pasado.

Sin embargo, según denunció la ONG, la faja de clausura de la Agencia Gubernamental de Control (AGC), área a cargo de Juan José Gómez Centurión, estaba mal colocada ayer por la tarde, cubierta por una cartulina blanca, en un aparente intento de reabrir el local.

Black, a cargo de la sociedad Aljorse Black SRL, es propiedad del empresario Alberto Fernández (no confundir con el exjefe de gabinete), quien viajó el año pasado en comitiva oficial a Angola.

Madaho’s, ubicado en Azcuénaga y Vicente López, frente al cementerio de Recoleta, a dos cuadras del Ministerio de Seguridad Nacional, fue clausurado el sábado 23 por la madrugada. Dos inspectoras de la AGC, custodiadas por un policía, colocaron la faja de clausura "por desvirtuar su categoría de boliche Clase C" y se retiró el local del Registro Público de Boliches.

La faja de clausura también había desaparecido ayer. Gustavo Gonzalez, uno de los dueños de Madaho’s, aseguraba que la suspensión fue levantada por un juez contravencional el miércoles por la tarde. González, según La Alameda, "fue a hablar al controlador de faltas para que levanten la clausura", argumentando que el local "es sustento para 50 familias". De acuerdo con la ONG, los propietarios del local "intentaron coimear a las inspectoras, que comprobaron "que lo hombres solo se iban con las mujeres para los llamados 'pases'".