El fax, internet, los teléfonos
celulares híper tecnologizados... las
comunicaciones hoy son inmediatas y, por eso, escribir de puño y letra una carta de amor y mandarla
por correo se transformó casi en una abstracción. Sin embargo, y pese a los avatares de los tiempos
que corren,
los carteros festejan hoy su día, y
rememoran aquellos años en los que su rol para transmitir buenas y malas noticias era tan
imprescindible como declararle amor a la persona elegida.
El
Día del Cartero se celebra en
conmemoración del primer cartero de Buenos Aires, que se llamaba Bruno Ramírez, y
cuyo primer trabajo fue el 14 de septiembre de 1771. Desde entonces, el rol del
cartero fue siempre importante, porque es quien llevaba todo tipo de noticias a cualquier rincón
del país: desde nacimientos hasta fallecimientos, desde declaraciones de amor e historias de
desamores, y hasta cumplió un rol importantísimo
en para el nacimiento de la patria, llevando partes y órdenes de la Primera Junta
de 1810, difundiendo bandos patrióticos con las ideas de la Revolución de Mayo.
"La tecnología moderna nunca podrá superar al cartero, que a pesar de los cambios
de la historia, sigue llegando a todos los rincones del país con buenas y malas noticias", dice a
Perfil.com Juan José Otaegui, secretario de interior de la Federación de Obreros y
Empleados de los Correos y Telecomunicaciones (FOECyT), quien con sus 69 años (está próximo a
jubilarse)
lleva 54 años al servicio de este oficio.
Sin embargo, reconoce que las cartas personales, como las de amor,
han desaparecido, y que hoy lo que prima son los mensajes comerciales y el envío
de facturas de servicios. Y que a causa de las nuevas tecnologías, el rol del cartero ha dejado de
ser tan reconocido como el del "viejo correo antiguo". "La cartita de amor que antes recibíamos, y
que venía con una gota de perfume, ya casi no existe. Hoy es más comercial, y la usan más que nada
grandes empresas", relata Otaegui. Y agrega: "Antes había más capacidad de trabajo, porque el
correo era el único que distribuía las cartas. En mi región (yo soy de Concordia), habían unos 250
empleados. Hoy se redujeron a unos 50".
Es que, según contó el cartero, no se trata solamente de la falta de correspondencia, porque
en realidad hoy "mayor volumen de correspondencia a nivel país", sino que ya no existe sólo el
correo estatal, sino que hay muchas empresas privadas que se encargan de distribuir
correspondencia.
A ello se suman las grandes tecnologías y los moto-mandados que hacen que el papel del
cartero haya reducido su nivel de importancia para la ciudadanía. "Sigue siendo un servidor
público, aunque ya no tiene el mismo reconocimiento que antes. Me parece que antes había mas
cariño, más afecto hacia los carteros, porque éramos los únicos que andabamos en la calle y que
llevábamos las noticias buenas y malas. La gente nos esperaba para recibir sus cartas y
correspondencia".