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Informe

Adoptar en Argentina: ¿Por qué es tan complejo el proceso?

Las expectativas de los preadoptantes a menudo no coinciden con la realidad de los niños y adolescentes que esperan por una familia. Por qué los plazos pueden extenderse.

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Cómo funciona el sistema de adopción en Argentina. | Shutterstock

En nuestro país hay 4900 legajos de adopción en curso. Esos legajos en trámite son, en esencia, parejas y personas solas que aspiran a convertirse en adoptantes de niños, niñas o adolescentes, para garantizarles su derecho a vivir y crecer en una familia.

Desde hace tiempo, la queja frecuente en relación a la adopción es el tiempo en el que se extiende el proceso, los plazos que se vuelven años de espera, y sobre los que se reclama que deberían “agilizarse”. PERFIL consultó al respecto con autoridades nacionales, de la ciudad de Buenos Aires y de una sociedad civil. 

En diálogo con este medio, desde el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos argumentan que las “demoras” y “esperas” “no obedecen a la extensión de los procesos, sino a la discrepancia que existe entre la disponibilidad adoptiva de las personas que buscan adoptar, y las niñas, niños y adolescentes que están en “situación de adoptabilidad”, declarada previamente por un juez.

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“La mayoría de las familias inscriptas buscan adoptar a un niño pequeño, sin problemas de salud o discapacidades. Sin embargo esta no es la realidad de los niños”, explica ante la consulta de PERFIL Adriana Donato, Directora Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos.

La estadística a nivel nacional, de acuerdo a datos relevados por ese organismo hasta noviembre de 2018, muestra que el 89% de sus postulantes busca adoptar un niño de 1 a 4 años.

De esos 4900 legajos, un 44% se postularon para adoptar un niño sin hermanos, mientras que un 51% están dispuestos a adoptar a dos niños. Apenas el 5% restante se postuló para 3 niños o más. “Resulta complejo encontrar postulantes para grupos de hermanos, niños mayores de 6 años o que presenten alguna discapacidad o situación de salud, y son los que conforman en su mayoría el universo de niñas, niños y adolescentes que están en situación de adoptabilidad”, agrega Donato.

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De un total de 4900 legajos, un 44% se postularon para adoptar un niño sin hermanos, mientras que un 55% están dispuestos a adoptar a dos.
Fuente: DNRUA- Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. 

En ese sentido, la Directora del Registro sostiene que, probablemente “eso constituya uno de los principales motivos por los cuales se dilatan los procesos de adopción, y los postulantes desisten del proceso por no ajustarse a su perfil”.

Por otro lado, si bien el proceso de adopción está regulado por el Código Civil y Comercial de la Nación -por lo que debería ser igual en cada una de las jurisdicciones- las “diferencias” en los tiempos puedan estar marcadas “por la impronta y celeridad que podrá imprimirle cada uno de los jueces que intervienen, como en los recursos, la capacitación y coordinación de los distintos actores que componen el sistema de protección integral”, dicen desde el Registro.

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El 85% de los inscriptos buscan adoptar niños sin ninguna enfermedad o discapacidad. 

 

Cómo es el sistema. Quienes desean adoptar, deben inscribirse en el Registro que les corresponde por su domicilio: la inscripción es personal, única y gratuita. El registro local brinda asesoramiento respecto de qué documentación personal se requiere, da charlas informativas, y luego se encarga de las evaluaciones correspondientes, mediante un equipo especializado.

Luego, el proceso continúa con una serie de entrevistas presenciales con los interesados, que determinarán su viabilidad para constituirse en aspirantes a guarda con fines adoptivos, según detallan desde la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, (DNRUA) bajo el mando del Ministerio de Justicia de la Nación.

Una vez que fueron admitidos en el registro, los postulantes son parte de las búsquedas que se realicen para niños y adolescentes que estén en “situación de adoptabilidad” a la espera de una familia.

El paradigma de la adopción. En el caso de la ciudad de Buenos Aires, funciona el Registro Único de Aspirantes a Guardas con Fines Adoptivos (RUAGA), que depende del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Karina Leguizamón, Presidenta del Consejo, habló con PERFIL sobre el sistema de adopción y las problemáticas sociales que el proceso conlleva.

Consultada por el tiempo que transcurre desde que las personas se anotan en el Registro Único, Leguizamón coincide con que el mismo está influenciado, al igual que indica la tendencia a nivel nacional, con que la “expectativa” de los postulantes no coincide con los chicos que hay en espera.

De acuerdo a estadísticas del RUAGA en la Ciudad, más del 80% de las postulaciones son para adoptar niñas y niños de entre 0 y 3 años, mientras que apenas el 10% de los chicos que esperan tiene 1 año o menos.

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En la ciudad de Buenos Aires, más del 80% de las postulaciones son para adoptar niñas y niños de entre 0 y 3 años.
Fuente: Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

“Desde los últimos años lo que impulsamos desde el Consejo es cambiar el paradigma de la adopción, para intentar cambiar la costumbre arraigada de que una familia sólo empieza con la llegada de un bebé chiquito”, explica en comunicación con este medio la Presidenta del Consejo.

Los datos reflejan que la mayoría de los niños en estado de adoptabilidad en la Ciudad son chicos de 6 años o más. “La familia también se forma a partir de la llegada de un niño más grande. Ayudar a un chico a madurar también es ser papá o mamá”, opina Leguizamón sobre la adopción de chicos en edad escolar.

Esas expectativas, expone, frecuentemente “chocan” con la realidad y es en la medida en que se acotan los requisitos en las postulaciones que los tiempos se estiran. “Sucede que no hay casi postulantes que se anoten para tres o cuatro hermanos, ni tampoco para chicos con alguna enfermedad”, dice.

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De las 1100 inscripciones de parejas y personas solas que hay actualmente en la Ciudad, el 76% de los postulantes está inscripto para adoptar niños sin enfermedades, y no hay postulaciones para niños con patologías complejas. “Las postulaciones suelen ser bastante acotadas y eso alarga los tiempos. Hay personas que llevan años de espera porque para lo que se inscribieron no existe y no hay postulantes para esos niños”, sentencia la funcionaria.

En el caso de chicos más grandes, explica, hay “temores” de los preadoptantes de no poder generar un vínculo con ellos. “Temen que no puedan dejar atrás lo que padecieron, o que no puedan adaptarse a una nueva familia después de años de vivir en hogares”, comenta. Otro de los conflictos que señala, es el tiempo que a veces tardan los jueces en declarar el estado de adoptabilidad de un menor.

"Las postulaciones suelen ser bastante acotadas y eso alarga los tiempos. Hay personas que llevan años de espera porque para lo que se inscribieron no existe", dice Leguizamón. 

Esto sucede cuando un niño o adolescente no puede continuar conviviendo con su familia de origen por determinadas razones, es institucionalizado e ingresa así a un hogar o a una familia de tránsito. La institucionalización es transitoria y busca proteger al niño e intentar reanudar el vínculo con su familia de origen. Cuando esto no es posible, el juez puede declarar la situación de adoptabilidad.

“A veces la Justicia tarda en decidirlo, y ocurre también que los niños son un poco más grandes porque el tiempo se dilata y están en hogares. Eso pasa. Lo que no es verdad es que tarde tiempo el proceso de adopción en sí”, sostiene.

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Silvana Bloch forma parte del equipo interdisciplinario de ANIDAR, una asociación civil especializada en adopción que asiste y acompaña a las familias que transitan todas las etapas del proceso de adopción de niñas niños y adolescentes.

Como licenciada en trabajo social, Bloch coordinadora grupos de acompañamiento a preadoptantes durante la espera activa, es decir, cuando ya se encuentran inscriptos en el registro. “Trabajamos con la espera que denominamos activa, a través de reuniones vinculadas a orientar a los adultos a que se preparen para las necesidades de los chicos, y que puedan interpretarlas. Se trabaja en la brecha que hay entre lo que los adoptantes quieren o pueden darle a los chicos, y lo que es mejor para ellos, lo que necesitan de acuerdo a su situación”, cuenta en diálogo con PERFIL.

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Para Silvana Bloch, lograr compatibilizar adoptantes con chicos que aguardan una adopción es una tarea que considera "compleja". 

Bloch coincide con que una de las trabas del sistema tiene que ver en ocasiones con que se “lentifican” los procesos judiciales. “En el sistema de protección de niños sin cuidados parentales todavía hay chicos institucionalizados bajo el régimen del código civil anterior, que padecieron esperas que en muchos casos aún se prolongan", dice.

“Hay una herencia que tenemos de procesos judiciales lentificados, casos de chicos que están en hogares en los que los plazos no fueron respetados y con el advenimiento del nuevo código aun en reiteradas oportunidades se tarda en declarar el estado de adoptabilidad”, señala.

“Con los chicos sin cuidados parentales hace falta mucho más trabajo. Hay mucha heterogeneidad en el trato que dan los hogares, todo el sistema es muy heterogéneo”, considera. “Respecto del funcionamiento de los juzgados, si bien algunos hacen un trabajo profesional formidable, el sistema requiere homogeneizar protocolos de actuación de para poder darle a todos los niños las mismas oportunidades, cuidando la integridad de los procesos que restituyen derechos”, manifiesta.

Desde su perspectiva, lograr compatibilizar adoptantes con chicos que aguardan una adopción es una tarea que considera “compleja”. “Las experiencias del encuentro y la vinculación entre adultos y chicos son diversas. En algunos casos es fortuito, o es suerte. Pero también tiene mucho que ver con la preparación de los adultos”, explica.

En relación a las expectativas que en el proceso muchas veces pueden verse frustradas, la integrante de ANIDAR resalta la importancia de que los adultos tengan en claro el fin de la adopción.“Es importante tener en claro que la adopción requiere procesos de mutua adaptación entre las partes, mientras que el eje principal está situado en los derechos de los niños y la provisión de cuidados y atención de sus necesidades”, cierra Bloch.

AG/EA