En una carta presentada ante la fiscal Nancy Olivieri, Nélida Inés Puente, la anestesista que participó de la endoscopía que terminó con la vida de Débora Pérez Volpin, detalla lo sucedido el 6 de febrero, y expresa que, mediante ese escrito quiere “adelantar todo cuanto está en mi conocimiento respecto de los hechos que se investigan en la presente causa, para contribuir con esta exposición al esclarecimiento de la verdad de lo sucedido y a que se analice mi conducta médica en la ocasión”.
En el documento al que pudo acceder PERFIL, la anestesista asegura: “No podía entender que una persona tan llena de vida, como la que había conocido un rato antes y que debía realizarse ese estudio, había encontrado la muerte en el quirófano”, y se defiende al afirmar que “no tiene ninguna responsabilidad profesional en la muerte de Débora Pérez Volpin”.
“Inmediatamente después de que ocurriera la muerte de Débora, requerí la presencia de su pareja y de una de sus hermanas, que se hallaban afuera, y les conté lo que había pasado, en compañía del subdirector del sanatorio. Un par de horas después, ya con más familiares y con la presencia de tres médicos del conocimiento de la familia, expliqué en forma detallada cuál había sido mi tarea en la ocasión, respondiendo a todas las consultas que me hicieron, con el objeto de que pudieran tener total conocimiento de la labor que realicé”, relata la profesional en el documento.
Su abogado, Eduardo Gerome, dijo a PERFIL que esta carta se corresponde con la predisposición de su defendida ante la Justicia: “Así como cuando se presentó la denuncia dimos presente, en este momento hicimos lo que podemos para que la investigación tenga los mejores elementos: un relato detallado y pormenorizado de lo que hizo desde que entró al quirófano hasta que salió”.
En el escrito, la mujer detalla: “Analicé cada paso que di y me di cuenta que todo lo había
hecho conforme a las reglas de la medicina por lo que, aunque tuviera muchas conjeturas, no conocía la causa que había generado un cuadro tan catastrófico y de semejante magnitud ni cuáles habían sido los mecanismos que causaron su muerte”.
A su vez, el abogado de Puente alega que “es indudable que todos tienen responsabilidad en el accionar, pero distinto es si esa responsabilidad se traduce en una negligencia”, ante lo que asiente: “ella participó activamente de las maniobras de reanimación, en la carta explicamos cómo insistió para tratar de recuperar la saturación de oxígeno y cómo lo consiguió”, dijo, en comunicación telefónica con este medio.
En ese sentido, Gerome apunta a que Pérez Volpin “por alguna circunstancia” - que aún desconocen- “no reaccionó a las medidas de reanimación”.
En relación a la responsabilidad de la anestesista,Diego Pirota, abogado de la familia de Pérez Volpin, dijo días atrás en comunicación con este portal que "de ninguna manera se puede pensar que no tiene grado de responsabilidad. Los dos profesionales intervinieron y son directamente responsables: las tareas de reanimación que se hicieron después no se realizaron con el procedimiento adecuado".
Para reforzar lo expuesto por su defendida en la carta que presentó ante la fiscal, Gerome afirma: “Evidentemente esto fue algo ajeno al acto anestésico. Algo tenía la paciente, algo le pasó que impidió que las maniobras tuvieran éxito”, concluyó.
